Autoridades investigan paradero de vecino de Medellín de Bravo, desaparecido el 20 de enero 

Las autoridades de la Fiscalía investigadora de Medellín de Bravo iniciaron pesquisas por la desaparición del señor Ángel Rivera Castillo, vecino del rancho El Consuelo, en la comunidad de San Francisco, en el municipio de Medellín de Bravo, pues acudió a una junta anual de ganaderos el 20 de enero de 2016 y no se sabe su localización.

Dicha persona se encuentra incapacitada por problemas psiquiátricos y fue agredido a golpes por unas personas. Ahora la esposa, desesperada, no sabe de su paradero.

Esto quedó radicado dentro de la investigación ministerial 30/2016 de la Fiscalía Investigadora de Medellín de Bravo, interpuesta por la esposa Florencia Lara Baizabal.



Lara Baizabal refiere que tiene la tutoría legal del marido, bajo el expediente 1000/2013 del Juzgado Octavo de Primera Instancia, pues los hermanos y madre del señor Ángel aprovechando su condición de salud, le quitaron sus tierras y su ganado, dejándolo sin nada.

La esposa relató que su marido vivía con ella, pero sus familiares se lo quitaron y lo fueron a esconder para que no lo vea más. La madre responde al nombre de Minerva Castillo Córdoba y los hermanos Abel y Aurelio, ambos de apellidos Rivera Castillo.

Supo que el 20 de enero de 2016, Ángel Rivera Castillo acudió solo a la Asociación ganadera local 553 en Medellín de Bravo para una junta de socios ganaderos realizada anualmente, saliendo de la casa de su madre en el rancho El Consuelo en la comunidad de San Francisco en el municipio de Medellín de Bravo.



Ahí tuvo un altercado con unas personas, también socios ganaderos, quienes se burlaron de la condición de salud de Ángel Rivera Castillo y le pegaron. Unas personas le hablaron por teléfono a la esposa Florencia Lara Baizabal para indicarle que le estaban pegando a su marido.

Ella acudió a la asociación ganadera y ya no encontró a su esposo y luego fue a la Comandancia de la Policía Municipal de Medellín de Bravo y no había nadie.

Entonces un taxista, Román Rivera, se encontró con la esposa y le dijo que vio a Ángel Rivera Castillo golpeado, sangrando de la boca y la nariz, subiéndose a un taxi, sin volver a saberse de su paradero.



La mujer, muy preocupada, habló por teléfono a la casa de la madre del ganadero, contestándole la persona de la limpieza, afirmando que ahí no estaba Ángel Rivera Castillo y que jamás había ido a ese lugar.

La esposa se encuentra muy preocupada, pues la salud mental de Ángel Rivera Castillo es delicada, ya que requiere medicación, por lo que optó por denunciar ante las autoridades para dar con su paradero.