En el corazón de la colonia Emiliano Zapata, la mañana del martes comenzó con un silencio denso y solemne. Los restos de la cadete América Yamileth Sánchez Hernández llegaron a su domicilio en la calle Manuel Olmos durante la madrugada, marcando el inicio de un doloroso pero sentido adiós.
Desde el primer momento los rezos no han cesado. Familiares, amigos, vecinos y conocidos han acudido al hogar de la joven para acompañar a la familia Sánchez Hernández en este trance. En cada palabra susurrada, en cada flor ofrecida, se percibe el profundo respeto y cariño que América sembró en vida.
Elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México (SEMAR) hicieron acto de presencia para rendirle honores y presentar personalmente sus condolencias a los padres de la cadete, como un gesto de hermandad y reconocimiento a su entrega. El uniforme, los rostros firmes pero visiblemente consternados, hablaron por sí mismos de la pérdida de una integrante valiosa para la institución.
Las muestras de solidaridad no se han hecho esperar. Coronas florales han llegado desde diversos puntos del País, enviadas por autoridades navales y civiles. Entre los remitentes destacan la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García; el Gobierno del Estado; la SEMAR; el Instituto Oceanográfico del Golfo; y la Heroica Escuela Naval Militar, alma mater de la cadete.
También han enviado ofrendas florales y palabras de consuelo el Buque Escuela “Cuauhtémoc”, símbolo de formación y disciplina naval; la Primera Región Naval; así como el grupo de natación Barracudas, donde América destacó no sólo por su talento, sino por su espíritu de compañerismo. En medio del dolor, la comunidad xalapeña se ha volcado en torno a la familia, con un mensaje claro: América no se ha ido sola. Se marcha rodeada del honor que supo forjar y del amor de un pueblo que hoy la llora pero también la celebra.