Con base en los resultados de la modelación matemática, correspondiente a los valores máximos de profundidad de inundación elaborados por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, se conoce de antemano qué zonas se inundarán en la ciudad de Veracruz y en los márgenes de los ríos Jamapa y Cotaxtla, por lo que el aviso oportuno reduciría la vulnerabilidad de la población.
El estudio “Caracterización Fluvial e Hidráulica de las Inundaciones en México, con zona de estudio la ciudad de Veracruz, ríos Jamapa y Cotaxtla”, elaborado en diciembre de 2014 para la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), documento que resultó del análisis de vulnerabilidad en una comunidad expuesta al peligro por inundaciones, permitió identificar las viviendas más vulnerables y consecuentemente tomar las medidas de corrección para disminuir la vulnerabilidad.
Gran parte de la información utilizada para este estudio se tomó de los obtenidos en el año 2005 con el huracán “Stan” y en el 2010, con el “Karl”.
En este documento de más de 140 hojas, los especialistas de la UNAM explican que la Asociación Mundial para el Agua define la gestión integrada de los recursos hídricos como “un proceso que impulsa la coordinación de la gestión y el desarrollo de los recursos hídricos, de la tierra y afines, para conseguir el máximo bienestar de forma equilibrada y sin poner en peligro la sostenibilidad de ecosistemas vitales”.
Advierten los especialistas que las prácticas de gestión de crecidas de los ríos se han centrado fundamentalmente en la atenuación de los efectos de las inundaciones y la reducción de la vulnerabilidad a los daños causados por éstas.
Dicha gestión ha recurrido a intervenciones estructurales y no estructurales, así como a intervenciones físicas e institucionales.
Una de las medidas no estructurales para la disminución del riesgo que se propone es, la modificación del comportamiento de la vulnerabilidad con respecto de la profundidad y esto se logra con la reeducación de la población ante la reacción oportuna a un evento, como es el caso de las inundaciones.
La propuesta en donde se avisa a la población oportunamente y se reduce la vulnerabilidad, debe representar una reducción significativa en la vulnerabilidad, por lo tanto el riesgo debe disminuir.
Al igual que muchos, también los especialistas del Instituto de Ingeniería de la UNAM señalan a modo de advertencia que “se deberá tomar en cuenta que las zonas que aún no están urbanizadas y la severidad es muy grande, se respeten para evitar problemas futuros con la población”.
En el último punto de las medidas para mitigar inundaciones, se apuntó que no se debe perder de vista que el cambio climático, juega un papel importante en la frecuencia e intensidad de las tormentas y las crecidas extraordinarias; así como la ocupación de los valles de inundación y las zonas de muy alta severidad.
Dicho documento dedica un apartado a los mapas de peligro de daños por inundaciones, que elaboraron con base en el modelaje matemático.
Con ello se obtuvieron mapas de profundidades máximas, velocidades máximas y de peligro por inundación, este último según el nomograma de Dorrigo, para los periodos de retorno de 2, 5, 10, 50 y 100 años por inundaciones fluviales.
Los valores máximos que aparecen en los mapas se refieren a la cantidad más grande que se llegó a presentar en todo el tiempo de cálculo en cada una de los elementos de la malla.
