Pese a limitantes por cubrir, nuestro sistema electoral muestra de alguna manera un fortalecimiento espectacular donde las elecciones libres son la forma de legitimar una aspiración para acceder a un puesto de elección popular, ciertamente, la democracia no empieza ni termina con el proceso electoral, pero es importante reconocer que las manifestaciones de este tipo siguen y ocupan gran parte del espacio de lo político. Así, en este proceso electivo inédito en el caso veracruzano, se mueven por todo el territorio de la entidad siete candidatos, dos de coalición: Héctor Yunes Landa, abanderado del PRI, AVE, PVEM, PANAL y el Partido Cardenista; Miguel Ángel Yunes Linares, candidato del PAN-PRD; cuatro abanderados por un partido: Cuitláhuac García Jiménez, de Movimiento de Regeneración Nacional(MORENA); Armando Méndez de la Luz, de Movimiento Ciudadano; Alba Leonila Méndez Herrera, del PT; Víctor Alejandro Vásquez Cuevas del Partido Encuentro Social y finalmente el candidato Independiente, Juan Bueno Torio.
En este tramo transcurrido del proceso electoral vemos que demasiada pluralidad partidista no garantizan una mejor calidad de la democracia, de entrada hay inequidad en la repartición de las prerrogativas para cada candidato sobre todo con el Independiente. Enfocados hacia el final de las campañas, la pelea por la mini gubernatura de dos años al parecer se está dando entre los Yunes sin descartar al candidato de MORENA debido más que nada al efecto de Andrés Manuel López Obrador y al hartazgo de la sociedad hacia los candidatos y partidos de siempre, así lo muestra la percepción de los estudios demoscópicos hasta ahora publicados, al parecer las candidaturas de los demás partidos serán testimoniales que apuntan a la fragmentación, al rompimiento de la coalición PAN-PRD que a una candidatura competitiva que ofrezca a los veracruzanos algo diferente, a no más de lo mismo, paradójicamente aún perdiendo, salen ganando, por cierto, tanto la candidata del PT y del PES así como el “independiente” son ex panistas que lograron encumbrarse unos más que otros, pero finalmente crecieron bajo el cobijo de las siglas azules, en tanto el candidato Armando Méndez de la Luz, sigue haciendo su chamba alejado de los dimes y diretes en contra de sus oponentes, pero por lo que se observa no da para más sigue atrapado en el pasado.
Las campañas hasta ahora, lejos de servir para contrastar propuestas han mostrado un poco más de la vida privada de los candidatos, campañas de lodo y descalificaciones, que exponen casos de corrupción y tráfico de influencia de los políticos contendientes, esto desde luego no es raro, la historia de nuestra clase política muestran como pudiendo beneficiarse personalmente, sería poco creíble que no lo hagan por honestidad o por principios morales, así vemos las diferentes facetas de la corrupción que se da tanto en quienes la practican como en los que la cubren, lo mismo en la administración publica que en los partidos o en personajes sin perfil y de dudosa reputación que irrumpen abordando a las instituciones electorales.
Falta de empleo, corrupción, inseguridad, deuda pública, falta de pagos a maestros e instituciones educativas, desabasto de medicamentos, un campo tronado, etcétera, son algunos de los pendientes que no se han resuelto en casi ya seis años, pero ahora con siete repartidores de bienestar y un ejército de más de 280 elementos que van en busca de una curul en el Congreso Local, los indicadores negativos de la entidad veracruzana ya tiene su antido, todos van por el mismo tenor maquillando y manoseando las mismas “propuestas”, abasto de medicinas, más hospitales, tecnificación del campo, becas para estudiantes, el primer empleo a los jóvenes, someter a la delincuencia, pago puntual a proveedores, pensionados, créditos a mujeres, activar la industria sin chimeneas, facilidades a la inversión foránea, se le ponen números a la creación de empleos, esto entre algunos otros rublos, esto y mucho más se solucionará en menos de dos años cuando ya se vislumbra el 2018, el tiempo es una gran limitante y los recursos es de lo que carece el Estado por los motivos ya conocidos, la corrupción no puede ser detenida, se observa que algunos políticos no logran ser propositivos, no logran movilizar a la sociedad, en un Estado con mucha riqueza pero mal distribuida, entidad donde se mueven los mismos que sólo cambian de partido, es deseable que el voto de los veracruzanos sea razonado y quien resulte ganador cumpla con al menos parte de lo prometido, no se pude seguir saqueando impunemente al estado veracruzano, sin que nada pase.
Atentamente
Armando Freddy Bautista Alonso
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