Hasta este momento la creciente del río Coatzacoalcos ha dejado pérdidas por al menos 100 mil pesos entre unos 20 productores de chile habanero en la comunidad de La Victoria, de Minatitlán. Aunque los mil 200 habitantes de la comunidad se quedaron sin ingresos porque todos sobreviven de la siembra.
En un recorrido por esta parte de la zona rural, pobladores afirmaron que también el maíz, epazote y quelite fueron arrasados por el agua, desamparando a unos mil 200 productores que viven de la comercialización de estas especies comestibles.
“Aquí la mayor parte de la comunidad siembra, son cerca de mil 200 habitantes, aquí vamos 186 productores de chile habanero y otros que sembramos maíz y hortalizas”, recalcó Raúl Domínguez Fernández, agente municipal de La Victoria, quien manifestó que la merma llega a los 50 mil pesos por hectárea.
Dijo que actualmente los daños motivados por el aumento del nivel del río sólo han provocado destrozos de los cultivos y aislamiento de decenas de casas, pero el agua todavía no ha ingresado a sus hogares.
El líder rural mencionó que por experiencia, saben que tendrán perjuicios y “nomás estamos esperando que llegue el agua para ir a refugiarnos”, momentáneamente en las congregación de San Antonio a las escuelas e iglesias, pero si la inundación es mayor son enviados a la zona urbana del municipio.
Manifestó que la Dirección de Protección Civil (PC) municipal los ha visitado en dos ocasiones y ahora están a la espera de nuevas recomendaciones para saber qué hacer, “pero por experiencia esperamos, porque no hay una fecha exacta de cuándo se inunde, ahorita ya cambió la época de inundación”, refirió.
Por su parte, el señor Cruz Aguirre, vecino de esa ranchería localizada a unos 20 minutos de la cabecera municipal, mostró cómo su casa se encuentra rodeada de agua, “todos los años nos pasa, nos inundamos, vamos levantando las cosas, lo que está abajo, como tenemos canoa tenemos forma de salir de la casa”.
Dijo que una de las cosas a las que más le temen es a la salida de serpientes venenosas, “tenemos mucho cuidado con las culebras y los lagartos, hay muchos casos de mordedura de víbora, pero nos curan”.
Él también perdió una cantidad, que para muchos no es grave, pero para su familia que depende de la siembra representa una cuantiosa suma.
“Ya no hay cosechas porque el primer ‘racimo’ de agua se llevó nuestro maíz, estamos a la mano de Dios, vivimos como la suerte nos ayuda, perdimos no mucho, unos 25 mil pesos sí se nos fueron en esta crecida”, lamentó.