Con una bocina, un micrófono y muchas ganas de compartir su pasión, Gustavo Hernández Cruz y su hijo Brandon Hernández Abad recorren las calles de Xalapa y otros municipios cercanos para interpretar música romántica.
Originarios de Banderilla, este dúo padre e hijo busca mantener viva la esencia de un género que, según ellos, “ya muchos lo están olvidando”.
Desde pequeño, Brandon creció escuchando las baladas que su padre ponía en casa. Gustavo, amante de la música romántica, inculcó en su hijo el gusto por los temas de antaño. Esa conexión los llevó a salir juntos a cantar, no solo como una forma de expresión, sino también como una alternativa para obtener un ingreso extra.
“Es una forma sana, humilde y sencilla de ganarnos un extra cantando, nos gusta salir a cantar y también promovemos la música romántica que ya bueno en estos tiempos se está perdiendo la música romántica”, expresó Gustavo Hernández, mientras preparaba su equipo de sonido antes de comenzar una nueva jornada musical.
Brandon, de apenas nueve años y estudiante de cuarto año de primaria, habla con entusiasmo sobre su amor por este género. En sus días libres de escuela, acompaña a su padre para “mostrarles a las nuevas generaciones lo que es la música romántica, la música de antes”.
El pequeño también quiso enviar un mensaje a otros niños de su edad: “Entretenidos los juegos pero es que mejor que se pongan a algo que los distraiga que no sean las fuentes comunicativas, algo que les entretenga, que salgan, que vayan al parque, a muchos lugares, pero es muy buena la música (...) a mí me gusta la música romántica porque me relaja y es música instrumental y puedo disfrutar su sonido y todo lo que tiene la música y es que el reggaetón no me gusta, bueno no crítico”, comentó Brandon con una sonrisa.
Además de cantar, Brandon disfruta escuchar a grupos como Los Ángeles Negros y a intérpretes como José José. Su disciplina no sólo se refleja en la música: también mantiene un promedio de 9.5 en la escuela, gracias al apoyo y la guía de su padre.
Ambos aprovechan cualquier oportunidad para compartir su talento. Se les puede encontrar en camiones, taquerías, parques y otros espacios donde el público les brinda un momento de atención.
Con cada canción, Gustavo y Brandon buscan no sólo ganarse la vida, sino también mantener viva la llama de la música romántica en el corazón de la gente.