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Universidad Anahuac

Sección: Estado de Veracruz

Caso Colosio: Jugando con Cienfuegos

Jorge Salazar García 12/02/2024

alcalorpolitico.com


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“Tengo un temor de que un loco cometa un atentado contra él”


En el artículo anterior (“Salinas regresa por el caso Colosio) se menciona que Raúl Salinas Lozano y sus hijos, Raúl y Carlos, tenían nexos con el narcotráfico. De hecho, durante la presidencia de este último el crimen organizado parecía tener derecho de picaporte en los Pinos. Eso explicaría la intromisión de los cárteles en el asesinato de Luis Donaldo Colosio (LDC), la elección de Ernesto Zedillo y la vigencia política de Manlio Fabio Beltrones (MFB) y Genaro García Luna (GGL) en los sexenios siguientes.



Durante 30 años florecieron fortunas generadas con dinero sucio. Bancos, funcionarios, partidos y empresas fueron convertidos en lavadoras industriales de la delincuencia organizada. Gracias a las reformas estructurales esos “negocios” de los poderosos estaban asegurados. Queda claro que ningún expresidente pisará la cárcel, aquí en México, aplicando sus leyes. Pero por si acaso se les investigara en serio, tienen preparados a sicarios como chivos expiatorios como GGL. Hoy, los destinados a ese fin, parecen ser Jorge Antonio Sánchez Ortega (JASO) y Beltrones, hombres ligados al magnicidio de Colosio.

Aunque Beltrones es un ejemplo de impunidad, su nombre es mencionado en la investigación del asesinato del arzobispo de Guadalajara, Juan J. Posadas Ocampo en 1993. Cuando se dirigía a reunirse con Girolamo Prigione llevaba consigo una valija que le fue sustraída mientras era acribillado por “confusión” durante el enfrentamiento sostenido entre sicarios del chapo Guzmán y de los Arellano Félix. En ella llevaba documentos con nombres de políticos de alto nivel involucrados con los cárteles de la droga. En el libro “Los Señores del Narco”, se menciona que un ex secretario de defensa estuvo presente en la reunión donde se orquestó el asesinato de Posadas. Ahí estuvieron también Córdoba Montoya, siniestro asesor de Salinas y ¡Manlio Fabio Beltrones!

Este priista, esperando ser candidato a la presidencia, fue enviado por Salinas a interrogar a Mario Aburto. Al respecto Luis Colosio Fernández relata que el día del asesinato de su hijo, alrededor de las 3 de la tarde, ante la pregunta de un reportero del Universal (¿?) sobre la delicada posición política del candidato, premonitoriamente afirmó: “Tengo un temor, una angustia de que algo le va a pasar (…), de que un loco cometa un atentado contra él”. Minutos después, el padre de Colosio, en su calidad de secretario de Fomento Ganadero en Sonora, acudió a una reunión con el gobernador Beltrones. Este, luego de recibir la noticia del atentado se la comunicó. Pero, explicablemente, no le pidió le acompañara a Tijuana.



Contexto del asesinato

Tanto la candidatura como la campaña de LDC se vieron afectadas por la inestabilidad política. Su destape (noviembre, 1993) estuvo enrarecido por el asesinato de Posadas y la ambición de Camacho Solís. La campaña entró en crisis después del ¡Ya basta! de los zapatistas en Chiapas. El destino del país se disputaba entre el viejo PRI nacionalista y el neoliberal de Salinas. Obviamente, lo ocurrido en Lomas Taurinas, definió al ganador. ¿Era inevitable sacrificar a Colosio? Tal vez si hubiera renunciado a su candidatura cuando se lo pidió Salinas, su muerte hubiera sido innecesaria. Dicha petición se atribuye a 2 motivos: primero, a la decisión de Colosio de excluir de su próximo gabinete al hermano del presidente, posiblemente derivada de la información que le proporcionó el narco Manuel Salcido Uzeta en Colima. Y segundo, por haber molestado al padre de Salinas, Raúl S. Lozano, quien lideraba el trasiego de estupefacientes de común acuerdo con el Gobierno Americano, los comandantes de la policía judicial federal Guillermo González Calderoni y los cárteles de la droga.

El complot



Desde antes del crimen se vislumbraba la conspiración presidencial. Al respecto, repasemos parte de la declaración de Mario Aburto:

- En la PGR de Tijuana me desvistieron y me dieron otra ropa que no era la mía. Cuando pasaron a mi mamá ya me habían puesto una inyección (...) Yo no me acuerdo de muchas cosas. De lo que sí me acuerdo perfectamente bien es que siempre dije (…) que yo era inocente. Los agentes me pidieron que declarara que pertenecía a un grupo armado o político…”

Sobre el interrogatorio que le hicieron Beltrones y el comandante Raúl Loza Parra*, en la madrugada del 24, relata:



- Me dijeron que mi mamá también estaba siendo torturada. Se acercó un agente y me dijo: “el Presidente está en el teléfono y te dará lo que quieras si dices que te pagó un partido político”.

Por la tarde del 23 apareció ejecutado en un taller Ernesto Rubio, sujeto muy parecido a MA. La Subprocuraduría lo descartó inmediatamente, no obstante pertenecer al equipo del subdelegado de la Policía Judicial Federal Raúl Loza Parra, encargado del primer interrogatorio hecho a Mario Aburto y quien también mandó a filmar el mitin con 2 cámaras.

El segundo tirador



Aburto declaró haber visto a otro sujeto muy parecido a él, a quien se le probó haber disparado un arma. El testigo Jorge Amaral Muñoz, en comparecencia relató que escuchó 2 disparos en un intervalo de 3 o 4 segundos. Describió haber seguido en su camioneta a la Suburban donde transportaban a Colosio herido. En la Procuraduría vio que metían a una persona bañada en sangre. Era José Antonio Sánchez Ortega**, agente del CISEN a quien la perito Norma Sánchez de la PGR le practicó la prueba de rodizonato de sodio resultando positiva. Las manchas en su ropa eran sangre de Colosio. A Sánchez Ortega, lo rescató García Luna obedeciendo a Salinas. Lo había detenido Federico Benítez, jefe de la policía tijuanense, quien fue posteriormente ejecutado, presuntamente, por órdenes de Raúl Loza Parra quien hoy está desaparecido de la faz de la tierra.

La doctora Patricia Obanel informó que Colosio presentaba más de una herida, contradiciendo la teoría del asesino solitario, construida por el Procurador Diego Valadés en tan sólo 3 horas de investigación. Por supuesto la doctora se retractó después. La INTERPOL confirmó más tarde eso de los 2 impactos de diferente calibre.

Un dato más reafirma el complot. Jorge Amaral pidió personalmente a Zedillo investigara su testimonio. No lo hizo. En lugar de ello ordenó secuestrarlo y ofrecerle 4 millones de pesos a cambio de no volver a mencionar los 2 disparos. Por no aceptar, lo torturaron hasta que otros agentes pidieron a sus colegas soltaran al “hijo de puta”. Asustado, Amaral entregó fotos, audios y documentos, por medio de su esposa, al servicio de migración de Estados Unidos Allá, luego de solicitar asilo, lo detuvieron en Detroit. El juez Haker, de migración, desconectando cámaras, entre otras cosas le espetó que le hiciera como le hiciera no le darían asilo político. “Si no estoy muerto no sé ni por qué. Lo he declarado pero ni se publica nada ni se investiga”, se quejó Amaral. Tiene terror y coraje debido a que no lo dejan salir de México.



Crimen de Estado

Durante 30 años se han manipulado, ocultado y destruidas pruebas. A la mayoría de testigos no se les tomó su testimonio. Otros, alrededor de 15 “murieron” en un periodo de 5 años posteriores al magnicidio. No investigaron a quienes impidieron participar a los agentes municipales en el mitin de Lomas Taurinas y alteraron la escena del crimen. Ignoraron por qué Camacho Solís dijo que no sería candidato a “cualquier precio”. Y excluyeron, por completo, a las fuerzas armadas, siendo que éstas siempre cubren, filman y graban a detalle ese tipo de eventos.

En este sentido vale preguntarse si el Ejército acordó con AMLO revelar lo del segundo tirador, agradecido por salvar y condecorar al General Cienfuegos. Si así fue, están jugando con Cienfuegos sólo para contener la intromisión de Carlos Salinas, Zedillo y Beltrones en la sucesión presidencial.



Sobre la petición de indulto para Aburto hecha a AMLO por el hijo de Colosio, pareciera una jugada maestra de Salinas. Con indulto o no, ni la Justicia ni la verdad serían posibles y el caso se cerraría. La respuesta del Presidente, revelando lo de García Luna, también magistral, vuelve a posicionarlo en ventaja en esta sucia guerra electoral.

No hay duda, neoliberales y nacionalistas se disputan la mayoría del Congreso. MORENA sólo tiene asegurada la Presidencia. Lo grave es que ambas partes juegan sucio: mienten, manipulan y utilizan recursos ilegales y escatológicos. Lo cual podría destapar una caja de pandora, incluso dentro del mismo Ejército.

Los meses siguientes nos deparan muchas sorpresas desagradables. Las posturas políticas irreconciliables amenazan con salirse de madre. Tal vez sea momento de impulsar un acuerdo nacional, antes de que la sangre desborde el río.



*Formado en el CISEN espiaba a los movimientos sociales. Estuvo activo hasta 2016. Se autoexilió del País.

**Fue funcionario del CREA en 1985, (Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud). Su función era espiar a la disidencia juvenil.