Celebran 425 años de la fundación de Tihuatlán, en el norte de Veracruz

Pobladores de este lugar celebraron con un desfile y un programa artístico y cultural los 425 años de la fundación de Tihuatlán como congregación, 103 como municipio libre y 60 con la categoría de villa, que actualmente tiene.

En la marcha para celebrar estos 3 acontecimientos participaron más de 20 contingentes de diversas escuelas y otras instituciones, con un recorrido desde el punto denominado Crucero 23 hasta la explanada del Parque Municipal “Benito Juárez”.

En la reseña, historiadores y autoridades locales señalaron que fue un 30 de septiembre de 1920 cuando esta demarcación fue reconocida oficialmente como municipio libre y el 17 de octubre de 1963 la cabecera municipal recibió el título de villa, antesala del nombramiento de ciudad.



Pero la congregación tiene más de 400 años, ya que, de acuerdo con las crónicas, fue en 1598 cuando, por orden del Gobierno virreinal, Rodrigo Zárate funda el pueblo de Tihuatlán, cuya toponimia reconocida es proveniente del vocablo náhuatl Teo Cihua-tlán, que significa “Lugar de la divina mujer”.

Según el cronista municipal Sabino Casanova, y con base en datos históricos, hasta 1748 existía la Alcaldía Mayor de Huachinango, en el Estado de Puebla, que abarcaba el pueblo Temapachio, en ese tiempo cabecera de Curato, Parroquia a la que pertenecían los pueblos de Tepetzintla, Tihuatlán, Tabuco (ahora Tuxpan), Tamiahua, Amatlán, Acala, Zacateapa y Tapaoy.

A 60 metros sobre el nivel del mar y con más de 93 mil habitantes en la cabecera y sus 84 comunidades, actualmente Tihuatlán es un municipio en la Huasteca y limita con la región Totonaca.



Sus colindancias son con los municipios veracruzanos de Álamo, Tuxpan, Cazones, Poza Rica, Papantla y Castillo de Teayo, así también con Francisco Z, Mena, del Estado de Puebla.

Tras presidir los festejos conmemorativos, el alcalde Leobardo Gómez mencionó que se acerca otra fecha significativa ya que este 3 de octubre por la tarde se celebrará la tradicional “Danza de la Vaca”, como preámbulo de la fiesta patronal del 4 de octubre en honor a San Francisco de Asís.

La citada danza, al compás del tambor y la flauta tiene raíces prehispánicas, agregó a su vez el profesor Gregorio Bustos Serrano, al mencionar que hace alusión a que en aquellos tiempos los campesinos realizaban danzas y rituales para ahuyentar un toro que causaba daños en los cultivos, tomando en cuenta que toros y vacas no son naturales de América, por lo que sus figuras tenían connotaciones distintas a las actuales en la cosmovisión indígena.