Claman a Sheinbaum ayuda en Atempa, municipio de Ilamatlán; siguen incomunicados

Un grito de auxilio se levanta desde las montañas del norte de Veracruz. La comunidad de Atempa, perteneciente al municipio de Ilamatlán, sigue atrapada entre el lodo, la desesperanza y el olvido. A casi un mes de las devastadoras inundaciones del 9 de octubre, sus habitantes claman la intervención directa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

“Atempa también es Veracruz”, expresó con voz quebrada Salustia Hernández Hernández, una de las vecinas afectadas, quien relató que el puente principal quedó destruido, dejando incomunicadas a decenas de familias que lo perdieron todo: casas, cultivos, animales y hasta la escuela de la comunidad.

Afirman que el panorama es desolador. Las lluvias arrasaron con los caminos y con la posibilidad de salir a trabajar o recibir ayuda. Desde entonces, aseguran que no ha llegado personal de Bienestar ni de ninguna dependencia estatal o federal para realizar el censo de daños o entregar apoyos. “Lo hemos reportado, hemos pedido que vengan, pero nadie ha llegado. Ya pasó casi un mes y seguimos igual”, lamentó Hernández.



Sin caminos, sin alimentos y sin refugios seguros, las familias sobreviven con lo poco que pudieron rescatar y con las despensas que se les enviaron hace ya un par de semanas.

Por ello, la comunidad de Atempa decidió unirse para enviar un mensaje directo al Gobierno federal: un llamado respetuoso, pero urgente. “Si nos hace el favor Presidenta, nosotros aquí en Atempa, Ilamatlán, Veracruz, también existimos. Estamos encerrados, no tenemos puente, no tenemos carretera”, dijo otra de las afectadas, quien pidió que se envíen cuadrillas de trabajadores y brigadas de apoyo para reconstruir lo perdido.

El municipio de Ilamatlán fue uno de los más golpeados por las lluvias torrenciales de principios de octubre, junto con comunidades de Huayacocotla, Zontecomatlán y Texcatepec. Sin embargo, muchas de estas zonas rurales permanecen fuera del alcance de los programas de emergencia y reconstrucción.



En Atempa, la esperanza se mezcla con la angustia. “Nuestra gente necesita apoyo”, repiten sus habitantes, confiando en que su voz llegue hasta Palacio Nacional. Porque allá, entre la niebla y los caminos rotos, hay un pueblo que resiste y espera ser escuchado.