Coatepec, pionero nacional en pago por servicios ambientales

Si bien a mediados del año entrante se formalizará en México el Mercado de Bonos de Carbono en coordinación con la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), para promover la reducción de emisiones y captura de Gases de Efecto Invernadero (GEI), desde hace 19 años en el municipio de Coatepec inició el pago por servicios ambientales; esquema que aún sigue funcionando y ahora es replicado.

El proyecto de pago por servicios ambientales se originó en el año de 1998, cuando la ciudad de Coatepec estuvo a punto de quedarse sin agua potable como consecuencia de una prolongada temporada de estiaje, da cuenta el informe “Servicios Ambientales y Cambio Climático”, de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

A raíz de ello, la administración municipal de Coatepec constituyó en el año 2002 el Fideicomiso Público de FIDECOAGUA para la promoción y preservación del bosque, el primer proyecto municipal en México que surgió como respuesta a la necesidad de recuperar, conservar e incrementar los recursos forestales de la zona montañosa del municipio, que es en donde se ubican los nacimientos de agua que abastecen a parte de esa ciudad.



Diecinueve años después, en marzo pasado, con la finalidad de conservar y proteger 611 hectáreas de bosque templado de la microcuenca San Marcos de León, la CONAFOR y el Fideicomiso Coatepecano para la conservación del Bosque y el Agua (FIDECOAGUA) anunciaron la inversión de 3 millones 380 mil 869 pesos, a través del Programa de Mecanismos Locales de Pago por Servicios Ambientales de Fondos Concurrentes (MLPSA).

El Pago por Servicios Ambientales (PSA) fue creado como un incentivo económico para los dueños de los terrenos forestales donde se generan estos servicios, con la finalidad de compensar por los costos de conservación y por los gastos en que incurren al realizar prácticas de buen manejo del territorio.

Los esquemas del PSA son voluntarios, pues se basan en el interés y acuerdo mutuo de las partes para participar en ellos; en éstos los usuarios de los servicios ambientales (ciudades, organismos operadores de agua, empresas, entre otros) están dispuestos a pagar para seguir disfrutando de los mismos; mientras que los proveedores (dueños de los terrenos forestales) están dispuestos a adoptar las acciones necesarias para mantener o mejorar su provisión a cambio del pago recibido.



Por otra parte, hace unos días el Gobierno mexicano, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Plataforma Mexicana de Carbono (MexiCO2) presentaron un simulador de mercado de carbono, único en su tipo en América Latina; el cual prepara al país para tener un mercado real que incentive la reducción de emisiones contaminantes.

En la presentación de esta Plataforma, José Oriol Bosch, director general de la BMV, explicó que “los mercados de carbono, cuyas transacciones a nivel global cuentan con un valor de más de 40 mil millones de dólares al año, representan una estrategia indispensable para lidiar con el problema del cambio climático”.

Actualmente, en nuestro país este esquema es voluntario y seguirá así hasta julio de 2018 y a él se han sumado empresas como Petróleos Mexicanos (PEMEX), el sector eléctrico, empresas cementeras, acereras, químicas, alimenticias, de la aviación, del papel, entre otras; cuando ya se tendrán procesos y reglas específicas para dar paso a un proyecto piloto con operaciones reales.



En 2019 empezaría la primera fase del Mercado de Carbono, para que en el 2020 México cuente ya con un mercado de carbono real y funcionando con las mejores condiciones, pues en este periodo de más de dos años se realizarán todas las adecuaciones necesarias.

Se estima que en México existen 450 empresas que podrían participar en la fase operativa de este Mercado de Carbono.