icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Corrupción sobre corrupción
Helí Herrera Hernández
21 de agosto de 2017
alcalorpolitico.com
[email protected]
twitter: HELÍHERRERA.es
 
Aún no se acallan las voces que hablan de los actos de corrupción de los exgobernadores Tomás Yarrington (PRI-Tamaulipas), Javier Duarte (PRI-Veracruz), Guillermo Padrés (PAN Sonora), César Duarte (PRI-Chihuahua), Roberto Borge (PRI-Quintana Roo), Flavino Ríos (PRI-Veracruz), Luis Armando Reynoso Femat (PAN-Aguascalientes), Jesús Reyna García (PRI-Michoacán), Andrés Granier Melo (PRI-Tabasco), Mario Villanueva Madrid (PRI-Quintana Roo), Jorge Torres (PRI-Coahuila), Rodrigo Medina (PRI-Nuevo León), cuando ya trasluce nacional e internacionalmente el escándalo de sobornos dados por Odebrecht al exdirector de Petróleos Mexicanos Emilio Lozoya Austin, hombre muy cercano al presidente Enrique Peña Nieto, a decir de voceros de dicha empresa quienes afirman le dieron 10 millones de dólares al exfuncionario, a cambio de jugosos contratos en dicha empresa paraestatal.
 
Bajo declaraciones juramentadas en el proceso penal 6655 radicado en el Supremo Tribunal de Brasil, Luis Alberto de Meneses, Luis Mameri e Hilberto da Silva dan a conocer fechas, nombres, cantidades, cuentas bancarias de una larga lista de sobornos que la constructora brasileña viene realizando desde hace varios años en 10 naciones latinoamericanos, con funcionarios de alto nivel, precisando que en México el que recibía el dinero sucio era Emilio Lozoya Austin, en calidad de director de PEMEX, alcanzando una suma superior a los 180 millones de pesos, razón ésta que aclara por qué Pemex le otorgó magnas obras a dicha constructora y que hoy están saliendo a relucir.  

 
Independientemente que Lozoya lo niega, como lo niegan desde siempre todos los gobernadores encarcelados y los que aún no, las pruebas que tiene el Tribunal Supremo de Justicia en Brasil son contundentes en contra del hombre cercano a Peña Nieto, ya que tienen hasta las fichas de transferencia de esos millones de dólares, pero que tal y como ocurre con los funcionarios prianistas corruptos, en México la justicia los mide con otra vara y así, los que están encarcelados disfrutan de una serie de comodidades como si no lo estuvieran, pero que hay centenas de funcionarios que es el día que aún no pisan los tribunales para responder por todas sus fechorías, como Fidel Herrera, Carlos Salinas, Romero Deschamps y miles de políticos y empresarios ligados a esos dos partidos políticos, por ejemplo.
 
Así, en este lodazal, el Revolucionario Institucional celebró su XXII asamblea nacional donde el jefe de la banda (ese que recibió de otra constructora -ICA- una residencia de decenas de millones de pesos conocida como la casa blanca), dijo a los cientos allí congregados que el PRI va a ganar las elecciones federales de 2018, y retendrá la presidencia de la república y la mayoría de los puestos de elección popular en juego, porque es un partido “de resultados y con experiencia para gobernar”.
 
¿Cómo se atreve este jefe de las instituciones a decir semejante disparate, cuando han hecho la mayoría de los priístas del soborno, la corrupción y la compra de las elecciones, su arma de sobrevivencia política?  

 
Tan mal andan los corruptos que decidieron eliminar los candados para que su candidato no sea uno de los suyos y lo sea un ciudadano, privilegiando así al externo antes que al militante.
 
Corrupción, engaño, inmunidad, insensibilidad, hurtos electorales, asesinatos entre ellos mismos son los códigos de ética que calzan a la clase gobernante. Esa misma que quiere eternizarse en el poder público si nosotros se lo permitimos el próximo primero de julio.