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Columnas y artículos de opinión
Elecciones en Venezuela
Helí Herrera Hernández
23 de octubre de 2017
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
Era de esperarse el silencio que los medios de comunicación han hecho con los resultados de las elecciones sucedidas en Venezuela el pasado domingo 15 de octubre, donde el chavismo triunfó en 17 de los 23 estados de la república, quedando hasta el momento uno pendiente por anunciar quién lo ganó.
 
Precisamente cuando éstos anunciaban una catástrofe para el Partido Socialista Unido de Venezuela liderado por Nicolás Maduro, el PSUV obtiene no sólo la inmensa mayoría, sino que logra arrebatarles el Estado de Miranda, gobernado por el 2 veces candidato a la presidencia Henrique Capriles, quien se ha consolidado como el líder opositor, además de las entidades Lara y Amazonas, territorios donde la oposición tenía sus principales reductos de movilizaciones y poder, lo que viene a significarse como una derrota dolorosa para los que por más de cien días movilizaron a miles de esos ciudadanos en las calles de Caracas buscando derrocar al presidente Maduro.

 
Y así, aquellos medios de comunicación como televisa, imagen y tv azteca en México, y decenas más en el mundo que todos los días daban cuenta de las manifestaciones orquestadas por la oposición venezolana, y llevaban el conteo de los muertos, dedicándole varios minutos en horario triple A a enjuiciar al gobierno de la patria de Bolívar, se han mantenido en total silencio respecto a estos impactantes triunfos obtenidos, quizás noqueados también porque los escenarios descritos por sus conductores de noticias la realidad los ha sepultado.
 
¿Cómo declarar o denunciar tanto por la oposición venezolana como por sus patrocinadores domésticos y extranjeros Fraude, cuando la elección fue vigilada por cientos de organizaciones internacionales y de derechos humanos, y éstas han declarado a las mismas como válidas y legales?
 
Nosotros mismos tenemos que darle una lectura a este notable triunfo del chavismo y de Nicolás Maduro, no sólo porque ha sufrido el asedio y sanciones internacionales que han limitado su comercio exportador e importador, sino porque la manipulación mediática respecto a la falta de alimentos y otros artículos de limpieza presagiaban una derrota electoral, sin observar que esos boicots eran generados por los mismos propietarios de las cadenas de supermercados que pretendían dos cosas: a) hacer naufragar al gobierno con la inconformidad social y b) buscar el levantamiento de las fuerzas armadas leales a Maduro.

 
No sucedió ni lo uno ni lo otro por más dinero que le inyectaron los subversivos burgueses reaccionarios y ello obedece a una sola verdad: Maduro ha resuelto con tiendas comunitarias el desabasto de alimentos en los supermercados; la salud con médicos en los barrios, la educación con maestros nacionalistas y la unidad del ejército derivado de su propia composición popular, alentado por el espíritu de Chávez.
 
El silencio también dice muchas cosas, vaya que si las dice. No ver ni oír nada de los voceros antichavistas mexicanos en sus espacios de noticias y programas matutinos en la radio y televisión, explican cual títeres son de quienes les pagan, pero eso también va para aquellos intelectuales, académicos y políticos priistas y de derecha que se unían a ese coro de denostadores de Chávez, de Maduro y de su revolución popular y pacífica.
 
Los triunfos nunca son casuales, corresponden siempre a una correlación de fuerzas, pero sería un error toral que los integrantes del PSUV, de la Asamblea Constituyente y de Nicolás Maduro ponerse a festejarlo cuando desde hoy mismo los reaccionarios de dentro y fuera de Venezuela están ya orquestando nuevas ofensivas.

 
Todos ellos deberán tomarlo tan sólo como una batalla más ganada.