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Columnas y artículos de opinión
El comienzo de un fin
Helí Herrera Hernández
2 de abril de 2018
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
Legalmente han arrancado las campañas federales a Presidente de la República, Senadores y diputados el pasado viernes santo. Según la última medición de la empresa encuestadora Massive Caller, que ha acertado en sus pronósticos electorales, nos informa que Andrés Manuel López Obrador es el que las encabeza con 32.6 por ciento, seguido por Ricardo Anaya con 26.8 por ciento, más atrás el candidato del PRI-Verde-Panal José Antonio Meade con 15.65%, y en cuarto lugar la candidata dizque-independiente Margarita Zavala con 8.1 por ciento.
 
A decir de los expertos en estos ejercicios y de los propios autores de estos resultados, los seis puntos que lleva de ventaja el candidato de MORENA no son definitivos, y podrían ser superados en razón del 16.75 por ciento de hombres y mujeres con credencial de elector que hasta el momento no han decidido por quien sufragarán, aparte del voto útil, que como ocurre en cada elección, lo otorgan los propios militantes y simpatizantes de aquellas candidaturas que a 8 días de la elección, por mucho que no sean sus candidatos los punteros, optan por hacerlo por alguno de ellos al ver que el suyo está perdido.

 
Estas estadísticas electorales les están mandando un mensaje, primordialmente a López Obrador y Ricardo Anaya, que no hay nada para nadie. Que si el primero se confía (como ya sucedió hace doce años que llevaba una ventaja mayor), podría perder la Presidencia, y que si el segundo no aprieta el paso, se le escaparía. De allí la importancia del discurso, de la propuesta, y primordialmente, apuntaría, de los tres debates que el INE ha convocado, ya que se ha comprobado, es definitorio cuando la ventaja entre uno y otro de los candidatos es de un dígito.
 
Pero dicha encuesta trae también resultados relacionados con las candidaturas a senadores y diputados, importantísimos para quien resulte ganador en las presidenciables, pues de no alcanzar la mayoría absoluta lo obligaría a tener que buscar el diálogo con sus opositores para buscar consensos que le den gobernabilidad y viabilidad a su proyecto de gobierno. No hacerlo de nada le serviría haber triunfado, inclusive.
 
Los resultados del 32.6% que tiene Andrés Manuel le darían 70 diputados y 11 senadores; la alianza PAN-PRD-MOVIMIENTO CIUDADANO con su 26.8 le daría 66 diputados y 11 senadores, mientras que al PRI-Verdes-Panal con su 15.65 le arrojarían 45 diputados y 7 senadores. Todos ellos por la vía de la representación proporcional que son los que se proyectan con esos resultados, independientemente de los de mayoría que irían, más o menos, concatenados.

 
¿Qué indica todo esto? Que ningún partido tendría la mayoría absoluta y ni soñar con la calificada. Morena y sus aliados obtendrían un 35% de la composición de la Cámara de Diputados. La alianza PAN-PRD-MC el 33%, mientras que el PRI el 22.5%, repartiéndose el restante 10 por ciento los independientes que obtendrán triunfos. En el Senado algo parecido ocurriría: Morena-Pt-Pes se adjudicarían un peso de 34.37%; el PAN-PRD-MC tendría el mismo porcentaje de 34.37%, mientras que el PRI se quedaría con 21.87%, y el restante 9%, los independientes.
 
Algo importante que hay que apuntar es que, si en este momento fueran las elecciones, con los resultados apuntados al inicio, los partidos Encuentro Social, el Panal y el Partido del Trabajo se quedarían sin registro, al no alcanzar el 3 por ciento que exige la Ley electoral.
 
En el mapa del país, AMLO se quedaría con las regiones sur-sureste y centro-occidente; mientras Ricardo Anaya la región Norte y noreste-bajío. Morena ganaría las gubernaturas de Chiapas, Tabasco, Ciudad de México y Morelos; la alianza PAN-PRD-MC se quedaría con las de Guanajuato; Yucatán, Puebla y Veracruz, y Movimiento Ciudadano solo, porque no fue en alianza, se adjudicaría Jalisco.

 
En lo personal, guardaré este ejercicio con las proyecciones anotadas para compararlas el 2 de julio con las que la realidad arroje.