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Columnas y artículos de opinión
Una reingeniería a la superestructura jurídica
Helí Herrera Hernández
23 de julio de 2018
alcalorpolitico.com
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twitter:HELIHERRERA.es


Pasada la euforia del triunfo arrollador, a pesar de este, ya en los momentos de la reflexión para impulsar el modelo de gobierno que ofreció Andrés Manuel López Obrador, se topa con el ¿cómo? para impulsarlo, y un gran porcentaje para conseguirlo tendrá que ser con reformas a nuestra ley de leyes, que como todos sabemos, tiene sus propios contrapesos para modificarla.
 

Nuestra Constitución precisa que para modificarse, independientemente que tendrá que contar con el voto de las dos terceras partes de los diputados y senadores de la República, requerirá por lo menos la aprobación, por mayoría simple, del sufragio a favor de los legisladores en 17 Legislaturas de las entidades. En el primer caso Morena y sus aliados lograron la mayoría simple en ambas cámaras del Congreso de la Unión, pero no la calificada, y lo mismo sucede en muchos estados del país.
 
Expliquémonos: Cualquier modificación que quiera realizar a la Constitución General de la República el nuevo presidente de México (hablemos de echar para atrás las reformas Energética o Educativa de Peña Nieto), para crear un nuevo marco en el sentido nacionalista y patriótico como lo ofreció, requerirá que en el Congreso de la Unión busque el voto de legisladores de los partidos políticos que fueron sus adversarios para que pueda lograrlo, es decir, tendría que sentarse a dialogar con los de “la mafia del poder” a quienes acusó de corruptos y otras lindezas, o con los y las legisladoras de Movimiento Ciudadano, con quien cerró todo diálogo desde hace más un año.
 
En el caso de nuestro Estado, las cuentas felices que traían varios dirigentes estatales de MORENA, eran en el sentido de ganar 25 de las 30 diputaciones locales, para que por la vía plurinominal este partido obtuviera 5 mas, y así llegar al tope de 30 que nuestra Constitución Local y la Ley Electoral Veracruzana prevén. Con eso, este partido lograba la mayoría relativa, pero no la calificada, ya que al integrarse con 50 diputados y diputadas nuestra Legislatura, requeriría de 33 votos para modificar la Constitución Política del estado de Veracruz, ya sea que dicha modificación provenga del Ejecutivo o de ellos mismos.
 

En ese escenario le faltarían tres, pero afirmaban en el bunker morenista que sus aliados, el Partido del Trabajo y Encuentro Social, por la vía plurinominal, en razón de la votación que capturarían en la coalición “Juntos Haremos Historia” obtendrían 3 y 2 diputados respectivamente, que le arrojaba a esta alianza la cantidad de 35 diputados y diputadas, 2 más de los que le exige nuestra Constitución. ¡Asunto Resuelto!, no requerirían, sentarse a dialogar con ningún otro legislador distinto a estos tres partidos para modificar nuestra Constitución.
 
Pero las cuentas no salieron tan alegres como las festinaban. Sucede que solo ganan 21 distritos de los 30, y en razón de su excelente votación obtiene 8 diputados de representación proporcional, que le da a “Juntos Haremos Historia” un total de 29 legisladores que los hacen merecedores a la mayoría simple, pero no la calificada que es de 33, debido a que el Partido del Trabajo no obtiene el 3 por ciento que la Ley Electoral local exige para tener derecho a participar en el reparto de diputados plurinominales, y lo mismo le sucede al Partido Encuentro Social, razón por la que no aportan ningún legislador por esa vía y se anclan en los 29, lo que obliga a Cuitláhuac y sus personeros hacer lo que no querían: buscar 4 diputados entre los legisladores del PRI, del PAN, del PRD o de Movimiento Ciudadano para a completar esa mayoría calificada necesaria para las modificaciones a nuestra Constitución Local, ya sea que vengan del próximo gobernador de Veracruz, o de la propia Legislatura, inclusive.
 
Y esto sin contar que, para cualquier cambio que Cuitláhuac García quiera hacer a nuestra Constitución veracruzana, también requerirá del voto de 107 cabildos de los 212 Ayuntamientos veracruzanos para validarlos. Si partimos que Morena tiene en estos momentos solo 17 Ayuntamientos, la misión suena francamente imposible, partiendo que la gran mayoría de los demás los ganó Acción Nacional, y a como están las cosas entre ellos nadie augura un escenario de apoyo al nuevo gobernador.
 

¿Estarán dispuestos a buscar diálogo los morenistas con Miguel Ángel Yunes que es, de facto, quien controla los Ayuntamientos panistas? ¿Con Rogelio Franco o Jazmín Copete que también les hicieron la vida imposible, a grado tal que los despojaron de La Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura que les correspondía un año a ellos? Con los 3 diputados del PRI o con los 2 de Movimiento Ciudadano, que se observa más factible dado que hay un rumor muy fuerte que cuando el candidato a Gobernador tricolor vio que la nave se hundía, dejaron en libertad a su militancia para votar por quien ellos quisieran, pero primordialmente por Morena, que nunca fueron sus enemigos en este bienio de gobierno, o con MC debido a que, de una u otra forma impulsaron a López Obrador (en 2006 y 2012).
 
O dialogan, o gran parte de los compromisos públicos ofertados por Cuitláhuac García como candidato a gobernador quedaran en el aire. ¿Serán humildes y lo harán?