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Columnas y artículos de opinión
Cachirules
Helí Herrera Hernández
3 de septiembre de 2018
alcalorpolitico.com
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twitter: HELIHERRERA.es
 
Lo había advertido en entregas anteriores: La luna de miel entre los partidos políticos que conformaron la alianza “Juntos haremos historia”, que les sirvió para consolidar el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, más temprano que tarde entraría en crisis, al igual que el nuevo gobierno con la sociedad, cuando no empiecen a consolidarse las ofertas de campaña del ex gobernador de la ciudad de México.
 
Les confieso que nunca considere que el distanciamiento empezara tan pronto. Mis pronósticos iban para el segundo año del gobierno del tabasqueño, justo en los preparativos para las elecciones de 2021, donde el partido del Trabajo iba a ser lo imposible por volver salir aliado con MORENA, so pena de perder su registro como partido político nacional. En un comentario radiofónico afirmé, inclusive, que así fueran registrados bajo las siglas del partido del trabajo puros morenistas, para su dirigente nacional, Alberto Anaya, lo toral era el registro, dado que de allí se desprenden las prerrogativas públicas que le han servido para llevar una vida cómoda desde que, con el apoyo de Raúl Salinas de Gortari, fue creado como instrumento del salinismo para dividir a la izquierda mexicana.

 
Al igual que el PES, el PT entró a la alianza con MORENA bajo ese objetivo: sobrevivir políticamente. Ya trae Anaya una vasta experiencia en como camalonearse para no perder el registro. Hace tres años lo hizo por conducto del Partido Revolucionario Institucional cuando ya había perdido el registro, y bajo el subterfugio de la anulación del distrito 01 de Aguascalientes, en cuya elección extraordinaria del 6 de diciembre de 2015 alcanzó el 3.02 de porcentaje, al obtener 14 mil 046 votos con un candidato que el PRI le prestó para que se alzara con esa votación.
 
Hoy fue MORENA su tabla de salvación. Ellos sabían (igual que el PES), que no ir aliados con AMLO se traduciría en la muerte política, de allí que aceptaron sus dirigentes nacionales todas las condiciones que éste les puso, primordialmente la de registrar, bajo sus siglas, a puros candidatos morenistas, afines a don Andrés Manuel. A pesar de todo esto el Partido Encuentro Social perdió su registro nacional y el del Trabajo lo salvó, pero hoy, envalentonado, Alberto Anaya declara, justo cuando el Instituto Nacional Electoral celebró, en una sesión especial, el reparto de diputados y senadores plurinominales el 23 del mes que corre a todos los partidos políticos, que obtuvieron mas del 3% de la votación nacional, que la inmensa mayoría de los diputados federales electos bajo los dos principios (mayoría relativa y representación proporcional) del PT son de MORENA y no del Partido del Trabajo, por lo que exigen a las autoridades electorales les acrediten a petistas como legisladores, y no a los que, a valores entendidos, les fueron extendidas las acreditaciones de diputados federales y senadores electos.
 
El distanciamiento, desde mi óptica viene desde el mismo día que le entregan en el TRIFE su constancia de presidente electo a López Obrador, cuando en la televisión muestran al dirigente nacional del PT importunándolo cuando está mostrando en la explanada su cuadro donde viene la constancia, y más adelante cómo lo persigue hasta su auto hablándole y AMLO ignorándolo.

 
No hubo, después del estallido en cólera de Anaya el pasado viernes, ninguna reconciliación entre él y Andrés Manuel, y declara: Los diputados federales electos del PT que tomarán posesión el primero de septiembre no son del PT sino de MORENA, o sea, que las alabanzas en infinidad de medios sobre la enorme fuerza que tendría ese partido en el Congreso con 61 diputados, sólo fue una quimera y ahora que ve que su partido del trabajo solo tendrá tres diputados reales (lo mismo sucede con el Partido Encuentro Social, quienes de los 56 que tiene oficialmente, solo cinco son de ellos, los demás son militantes de Morena), pues ya acusa a MORENA y López Obrador de meter, vía PT y PES, diputados cachirules.
 
La crisis en la coalición “Juntos haremos historia” ya inició, a grado tal que el mismo sábado Tatiana Clouthier renunció a la Subsecretaría de Gobernación en el gabinete de AMLO, sin que siquiera hubiera tomado posesión del cargo.