3 de junio de 2019
alcalorpolitico.com
Por Helí Herrera Hernández
[email protected]
twitter: HELÍHERRERA.es
No son casuales las visitas que el presidente de México realiza al Estado de Veracruz.
Forman parte de una estrategia diseñada desde palacio nacional, ante el cúmulo de pifias que el gobernador y su equipo de gobierno están realizando, y que, de acuerdo a los sondeos que ha mandado hacer el titular del poder ejecutivo federal, ameritan no sólo una visita por mes, sino las que sean necesarias, hasta el 30 de noviembre de 2020.
Al parecer, y por los movimientos políticos que Andrés Manuel ya empezó a hacer, son ciertos los dichos de gente del altiplano, en el sentido de que Cuitláhuac García Jiménez será invitado a integrarse al gabinete federal a partir del primero de diciembre de 2020.
Lo de Ricardo Ahued Bardahuil tuvo que hacerlo el presidente con el dolor de su corazón. Sabía que ejecutar ese movimiento iba a ser interpretado por los politólogos como lo que era: un mensaje que en Veracruz no se están haciendo las cosas bien, que “su equipo” no está funcionando y están poniendo en peligro todo lo ganado en la elección presidencial, esos millones de votos que le costaron sudor, sangre y lágrimas, y que ahora, por desaciertos, inoperancia y ayuno del conocimiento del quehacer público, se están esfumando.
Fue como mandar un telegrama directo a palacio de gobierno: tu relevo ya está con el bat al hombro, esperando sólo que llegue el primero de diciembre de 2020, y mientras llegan esos 18 meses, te voy a estar visitando mes tras mes, para gritar en los mítines ¡Viva Cuitláhuac!, ¡Cuitláhuac es honesto! ¡Cuitláhuac cuenta con todo mi respaldo y apoyo!, aunque el mismo Andrés Manuel haya externado, al término de su visita a Coatepec el pasado viernes, que los gritos, insultos y repulsas van creciendo de visita en visita.
De los abucheos y ¡bájenlo, bájenlo, bájenlo! (refiriéndose al gobernador de Veracruz), en Minatitlán, han pasado al ¡miente señor presidente!, cuando se refiere a que Cuitláhuac está gobernando muy bien.
Y nadie duda, incluso yo, de que el ingeniero es un hombre honesto. Lo afirmo, estoy convencido de ello, como tampoco dudo de que es un académico eficaz, competente; pero como titular del poder ejecutivo, sus acciones y omisiones van en contra de la biblia de MORENA que son combatir la corrupción, el nepotismo, y eficientizar el trabajo de la cosa pública.
Allí están los “moches” que están pidiendo en dependencias del gobierno morenistas allegados al ingeniero, inclusive en finanzas, para aligerar los pagos a los empresarios, como para la obtención de obra pública. Allí están las dependencias donde sus titulares han metido a sus parientes a la nómina; allí está el influyentismo que tanto criticaban los morenos y que han hecho que en otras dependencias, distintas a donde están algunos NEOmorenistas, estén sus familiares.
¿Cómo permitió Cuitláhuac, que esos NEOmorenistas -con pasado priísta-panista- desplazaran en cargos públicos importantes a morenistas-amloistas, que venían luchando con López Obrador desde que éste abandona el PRI, y en 1988 se suma a la campaña del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, como por ejemplo, en el Congreso del estado, por mencionar solo uno, donde tienen en la banca al diputado Amado Cruz Malpica, mientras advenedizos ocupan los más importantes responsabilidades ejecutivas y económicas, que han logrado que el fiscal Winckler, sin despeinarse, se mantenga en su puesto?
No, no son casuales las visitas del presidente de México a Veracruz. Tienen un propósito y es calmar las aguas agitadas por tanta inseguridad, desempleo, cierre de comercios y zozobra que vive la sociedad veracruzana que habla, critica y pregunta: ¿Y el cambio prometido por el cual votamos?
Según los planes de AMLO faltan 18 meses. En consecuencia, faltan 18 visitas presidenciales, pero mientras esos 18 meses transcurren y llega la fecha fatal del primero de diciembre para hacer llegar al Congreso de Veracruz una solicitud de licencia, para sumar al gobierno federal a un hombre íntegro, honesto y capaz, como sí lo es el ingeniero Cuitláhuac, habrá la necesidad de mandar unos emisarios que vengan a realizar algunas maniobras políticas para apuntalar a un gobierno que resultó un experimento.
Ojalá y den resultados, porque 18 meses pueden resultar una eternidad.
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No son casuales las visitas que el presidente de México realiza al Estado de Veracruz.
Forman parte de una estrategia diseñada desde palacio nacional, ante el cúmulo de pifias que el gobernador y su equipo de gobierno están realizando, y que, de acuerdo a los sondeos que ha mandado hacer el titular del poder ejecutivo federal, ameritan no sólo una visita por mes, sino las que sean necesarias, hasta el 30 de noviembre de 2020.
Al parecer, y por los movimientos políticos que Andrés Manuel ya empezó a hacer, son ciertos los dichos de gente del altiplano, en el sentido de que Cuitláhuac García Jiménez será invitado a integrarse al gabinete federal a partir del primero de diciembre de 2020.
Lo de Ricardo Ahued Bardahuil tuvo que hacerlo el presidente con el dolor de su corazón. Sabía que ejecutar ese movimiento iba a ser interpretado por los politólogos como lo que era: un mensaje que en Veracruz no se están haciendo las cosas bien, que “su equipo” no está funcionando y están poniendo en peligro todo lo ganado en la elección presidencial, esos millones de votos que le costaron sudor, sangre y lágrimas, y que ahora, por desaciertos, inoperancia y ayuno del conocimiento del quehacer público, se están esfumando.
Fue como mandar un telegrama directo a palacio de gobierno: tu relevo ya está con el bat al hombro, esperando sólo que llegue el primero de diciembre de 2020, y mientras llegan esos 18 meses, te voy a estar visitando mes tras mes, para gritar en los mítines ¡Viva Cuitláhuac!, ¡Cuitláhuac es honesto! ¡Cuitláhuac cuenta con todo mi respaldo y apoyo!, aunque el mismo Andrés Manuel haya externado, al término de su visita a Coatepec el pasado viernes, que los gritos, insultos y repulsas van creciendo de visita en visita.
De los abucheos y ¡bájenlo, bájenlo, bájenlo! (refiriéndose al gobernador de Veracruz), en Minatitlán, han pasado al ¡miente señor presidente!, cuando se refiere a que Cuitláhuac está gobernando muy bien.
Y nadie duda, incluso yo, de que el ingeniero es un hombre honesto. Lo afirmo, estoy convencido de ello, como tampoco dudo de que es un académico eficaz, competente; pero como titular del poder ejecutivo, sus acciones y omisiones van en contra de la biblia de MORENA que son combatir la corrupción, el nepotismo, y eficientizar el trabajo de la cosa pública.
Allí están los “moches” que están pidiendo en dependencias del gobierno morenistas allegados al ingeniero, inclusive en finanzas, para aligerar los pagos a los empresarios, como para la obtención de obra pública. Allí están las dependencias donde sus titulares han metido a sus parientes a la nómina; allí está el influyentismo que tanto criticaban los morenos y que han hecho que en otras dependencias, distintas a donde están algunos NEOmorenistas, estén sus familiares.
¿Cómo permitió Cuitláhuac, que esos NEOmorenistas -con pasado priísta-panista- desplazaran en cargos públicos importantes a morenistas-amloistas, que venían luchando con López Obrador desde que éste abandona el PRI, y en 1988 se suma a la campaña del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, como por ejemplo, en el Congreso del estado, por mencionar solo uno, donde tienen en la banca al diputado Amado Cruz Malpica, mientras advenedizos ocupan los más importantes responsabilidades ejecutivas y económicas, que han logrado que el fiscal Winckler, sin despeinarse, se mantenga en su puesto?
No, no son casuales las visitas del presidente de México a Veracruz. Tienen un propósito y es calmar las aguas agitadas por tanta inseguridad, desempleo, cierre de comercios y zozobra que vive la sociedad veracruzana que habla, critica y pregunta: ¿Y el cambio prometido por el cual votamos?
Según los planes de AMLO faltan 18 meses. En consecuencia, faltan 18 visitas presidenciales, pero mientras esos 18 meses transcurren y llega la fecha fatal del primero de diciembre para hacer llegar al Congreso de Veracruz una solicitud de licencia, para sumar al gobierno federal a un hombre íntegro, honesto y capaz, como sí lo es el ingeniero Cuitláhuac, habrá la necesidad de mandar unos emisarios que vengan a realizar algunas maniobras políticas para apuntalar a un gobierno que resultó un experimento.
Ojalá y den resultados, porque 18 meses pueden resultar una eternidad.