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Columnas y artículos de opinión
El pueblo decidirá en su momento
Luciano Blanco González
27 de enero de 2023
alcalorpolitico.com
La peligrosa inauguración de los atentados y sabotajes como armas políticas sucias para, de manera soterrada, desgastar imágenes de personajes políticos aspirantes según se ha dicho, resultan prácticas indecentes e indecorosas que tambalean la estabilidad de un gobierno preocupado por construir la paz y la seguridad pública.

Ello nos obliga a estar muy atentos, hay que recordar los múltiples atentados que cimbraron a Colombia, Francia y Países Bajos, entre otros, que obligaron a sus gobiernos a dar un giro en materia de seguridad, porque estas estrategias además de provocar el terror social, conllevan un derramamiento atroz de sangre inocente de ciudadanos que confiados circulan o se encuentran tranquilos en un determinado lugar, cuando son presa de bombazos, incendios, descarrilamientos, explosiones, incendios, humaredas y un sinfín de fenómenos criminal y perversamente provocados y dirigidos con el fin de dañar al Estado o a los gobernantes con las afectaciones colaterales, cuya sangre salpicará las páginas de los periódicos y con la misma pasta embijará las pantallas televisivas y telefónicas para escandalizar al máximo y direccionar una serie de especulaciones que caen en el absurdo.

Sin querer aceptar que los accidentes pueden ser causa de la fatalidad, del error humano, de una falla tecnológica, lo que haya sido, lo importante es echarle gasolina al fuego y que se queme políticamente quien más gordo nos caiga, desafortunadamente quienes atizan el fuego, los fogoneros de la causa nunca viajan, ni viajaran en el transporte colectivo, en él viajan sus criados, sus empleados, sus sirvientas, los obreros, por su parte ellos en automóviles, a veces hasta blindados.


A estas conmociones se suma la indignación generalizada por las diferentes manifestaciones de violencia que se vive en el país, antes la irritación se daba por la pasividad y contemplación con que veíamos el comportamiento de las fuerzas de seguridad, ahora que actúan, que sabemos de altos jefes de la delincuencia y sicarios detenidos, cuyas reacciones terroristas mantienen a las poblaciones en estado de histeria por el pavor que causan, los consecuentes daños colaterales entre los desprotegidos civiles, actores pasivos de las ejecuciones por traiciones y venganzas.

Las emboscadas a militares, el asesinato de coroneles y altos mandos, junto con soldados y policías de todos los niveles, nos ponen los nervios de punta y nos muestran cuan débiles somos los ciudadanos desarmados, sin condición y sin preparación física.

Pero regresando al tema de los asesinatos de militares, tenemos que anotar que estos no han sido masacrados en la comodidad de sus camas, en un divertido cabaret, bailando en los antros, o paseando en las playas, ellos han caído en emboscadas, en enfrentamientos, en el cumplimiento de su deber, entendamos, estamos en una guerra que se libra en contra del Estado Mexicano, patrocinada por fuertes intereses internacionales que les proporcionan armas, dinero, implementos tecnológicos, inclusive asesoría, por ello nuestro lugar está al lado del gobierno y de las fuerzas armadas y debe de ser con confianza, a pesar de sus yerros, de sus torpezas, pero también de sus aciertos y del enorme sacrificio que realizan, sometidos a una disciplina que va mucho más allá de los derechos humanos por su sometimiento a las inclemencias del tiempo y de los horarios de vela, arrestos, castigos y sumisión al superior, tratos a veces indignos cuando reciben una orden, que no se discute sino que se cumple y desde luego con prontitud y diligencia.


Pero a estos golpes iracundos de la inseguridad se suman ahora los mandobles que a locas, pero muy certeros están colocando los miembros de la mafia del poder fifi, a quien consideran enemigo de la democracia. Contra su gobierno y desde luego para frenar la transformación política, económica, jurídica y social. Se prepara un alud de amparos contra las leyes como la energética y las acciones de inconstitucionalidad contra La Guardia Nacional y las controversias objetando la reforma electoral contenida en el Plan B, que transforma la estructura del INE, y de los tribunales electorales, ya vigentes en este momento.

Esta confrontación jurídica se dará en el peor ambiente de las relaciones entre la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Poder Ejecutivo, cuyos canales de comunicación parecen clausurados después de que el magistrado Arturo Zaldívar terminara su periodo y en voz del primer mandatario, era el único idóneo para respaldar la transformación, al asumir ese cargo la nueva ministro presidente de esa institución, Norma Lucia Piña Hernández, después del fallido intento por imponer a la ministro Yasmín Esquivel, las relaciones con ese órgano se han vuelto ríspidas, tanto que López Obrador ha declarado que no le tiene confianza, continuando en forma abierta las denuncias respecto a la honorabilidad de jueces, magistrados y ministros.

Están por librarse en las calles, las más álgidas batallas sociales, quizás las nunca vistas en los últimos tiempos, para oponerse al avance de la reforma electoral Obradorista, con ese motivo los partidos políticos de oposición y diversas organizaciones de la sociedad civil han convocado a una concentración que celebrarán el día 26 de febrero, en el zócalo de la ciudad de México y en varias ciudades de la república, bajo el lema de mi voto no se toca, con la pretensión de que esta movilización sea superior a la que tuvo lugar el pasado 13 de noviembre.


Por su parte el presidente López Obrador ha convocado a una celebración masiva por los éxitos de la reforma energética el 18 de marzo, día de la expropiación petrolera, a la que ha invitado a todo el pueblo y se intuye que será muy superior a la del próximo 26, sobre todo porque el gremio petrolero se siente satisfecho por las conquistas sindicales y más que nada miles de obreros a quienes por su antigüedad les ha otorgado seguridad laboral, haciéndolos de base, seguramente será una gran concentración en la que el presidente con un motivo diferente demostrará quien tiene la gente, no hay duda se conmocionará el nervio de la opinión pública nacional.

Finalmente, el pueblo como juez supremo en el teatro de la historia y artífice sereno de la democracia, golpe a golpe irá cincelando su visión sobre la cosa pública, dándole un valor personal a cada acto, a cada palabra y en el momento final ha de decidir junto con el presidente lo que más convenga al país.- Por el bien de la causa.