Los temores de que algo insólito puede suceder en México con motivo de las próximas elecciones, no es una idea propia de los analistas o de las personas o comentaristas faltos de ideas o de gentes ociosas cuyo deporte es la de especular e inventar escenarios trágicos o difíciles con tal de llamar la atención.

Este acertijo, que brotó sin forma y sin sentido, de repente surge modelado de la misma mente presidencial, de nuestro líder que ha captado en el imaginario popular un peligroso golpe de Estado técnico, instrumentado por las fuerzas de la derecha mexicana, coludida con la Suprema Corte de Justicia de la nación y las autoridades electorales para anular la elección en caso de que pierda la corriente que los representa, es decir la Alianza Fuerza y Corazón por México.

Esta afirmación expresada en una conferencia mañanera nos pone a pensar seriamente, porque si alguien conoce a la nación y sabe lo que dice es él, sabe la forma en que operan las fuerzas políticas y de lo que son capaces.


Denunciarlo no es una providencia para que la opinión publica este preparada, es una alerta a sus seguidores y a todas las corrientes democráticas, es todo lo contrario a lo que piensan aquellos que creen que él está muy preocupado por un supuesto crecimiento de Xóchitl Gálvez, máxime cuando las encuestas colocan a la candidata oficial Claudia Sheinbaum con varios puntos por encima de su contrincante.

Tampoco es la preparación perversa de un plan maquiavélico para utilizar cualquier recurso en caso de una reacción mayoritaria del electorado a favor de sus adversarios el día de la elección ya que, de ser así, estaría hablando constantemente de fraude electoral, motivo suficiente para decirse robado, lograr la nulidad del proceso y la realización de una nueva elección.

Lo cierto es que un obscuro nubarrón está cubriendo el cielo político de México, de que va a haber tormenta no hay duda, la habrá. Pero no sabemos qué alcances tendrá en su desarrollo, la gente ya no quiere conflictos, pero estos son inevitables, son muchos los intereses que se juegan, no hablemos de ideas, éstas están jugando un papel secundario y realmente son la piel de oveja que cubre las ambiciones de poder, los egoísmos personales, los afanes de riqueza, las vilezas del nepotismo, las degradaciones del compadrazgo.


Las ideas al interior de los partidos son castigadas, los ilusos y soñadores se quedan al margen del camino rumiando su exceso de confianza, recriminándose su creidez, se convierten en un estorbo, no son confiables, obedecen pero retoban, no son dóciles, solo son leales a sí mismos, más vale mantenerlos alejaditos porque se sienten especiales, de todo piden explicación.

Los otros, los dóciles, obedecen, prestan su nombre para los negocios sucios, hacen lo que se les mande, así sean vilezas, caprichos, locuras, a ellos no les importan las criticas, solo les interesa quedar bien, hacer méritos a costa de lo que sea para estar cerca del jefe, sentarse con él en la mesa, gozar de su confianza y sentirse dentro del círculo de los favoritos. Dispuestos a todo con tal de no fallarle al jefe.

Los nervios del Presidente antes parecían de acero, cuando todo iba mejor, ahora simplemente van bien, con el factor tiempo jugando en contra, en el caso nacional de la candidata Claudia Sheinbaum y en el estatal de la señora Rocío Nahle tiene años que se sabía que eran las candidatas, así lo dijo el señor reiteradamente señalando el camino, en el caso de la hidalguense Xóchitl Gálvez y de don José Francisco Yunes -Pepe Yunes- ambos figuran como candidatos recientes, con apenas unos meses como aspirantes y ahora como candidatos.


La ventaja de los candidatos oficiales reposa en la gran obra humanista que en beneficio de la gran masa social desposeída ha hecho el Presidente, pero el ánimo en su favor se desgasta por los grandes problemas que surgen a diario o se acentúan los existentes por el poco ánimo que hay para resolverlos. Aquella ventaja de 30 puntos de las encuestas visiblemente se ha achicado, en algunos casos casi se pega peligrosamente y casi rebasa, los pasos retumban en la azotea, pero no hay que espantarse, puede ser el enano del tapanco que está asustando con el petate del muerto.

Hay la impresión de que las cuentas se están haciendo con bases falsas, si la estructura que va a mover y convencer al electorado en diversas partes de la república fueren los gobernadores y los presidentes municipales, de entrada hay funcionarios de esta calaña que no controlan más que los votos de sus allegados y de su familia, el transcurso del tiempo los ha hecho aborrecibles.

Los viejos líderes de los que se sacudió el PRI, no ayudan en nada a sus recientes membresías partidistas, por el contrario, ya mostraron el cobre y eso los hace detestables, se van quedando sin amigos, sin quien les haga caso, menos los que fueron sus gobernados.


Cada gobernador y cada alcalde tiene una cuota de votos asignados que se ha comprometido a cumplir entregándolos puntualmente, el desconocimiento del medio hace que los organizadores tengan una fe ciega en ellos, qué va a suceder el día de la gran decepción en que por el resultado se concluya que sólo eran cuentas alegres, por eso ningún candidato de ningún partido está seguro.

Finalmente, hay que señalar que un indicativo del rumbo que van tomando las campañas se mide por ahora en el ánimo de la gente, unos muy decididos a defender los logros del proyecto obradorista hasta las últimas consecuencias, y otros a lograr un cambio aunque sea hacia el pasado, añoran el viejo sistema de salud, de educación, de seguridad, de apoyos, de apapacho, de cordialidad, que aunque engañaban y disque se clavaban el dinero con su demagogia tenían contenta a la gente que se sentía cuidada y protegida. Ojala que la razón que se imponga a través de las mayorías sea en paz y por el bien de la patria.- Por el bien de la causa.