El pasado gobernador, el peor de la historia de Veracruz, se fue repitiendo dos grandes mentiras.
Una, que había bajado la enorme deuda que tiene el Estado y, la otra, sus importantes y benéficas obras.
Con relación a la deuda ahora sabemos, por boca del actual secretario de Finanzas, Santiago Reyes, que no disminuyó, como lo afirmaban Cuitláhuac García -que mandó a colocar un gran número de espectaculares presumiendo eso- y su titular de la Sefiplan, José Luis Lima Franco.

Por el contrario, lo que el Gobierno del Estado debe aumentó en 3 mil 400 millones de pesos.
Sobre esta revelación no han dicho absolutamente nada ni el exgobernador ni el exsecretario de Finanzas que soñó con ser candidato a la gubernatura y luego creyó que repetiría en el cargo y terminó buscando la candidatura a la alcaldía de Poza Rica, pero por algo será que nada obtuvo.


Por lo que respecta a las obras, los pobladores de cada población pueden decir cómo les va con lo que les entregaron, es decir, las condiciones en que están las carreteras, puentes y demás construcciones del sexenio pasado.
Boca del Río y Xalapa son ejemplo del desastre que representan esas obras.
El nuevo estadio Pirata Fuente es no solo un insulto para la ingeniería y la arquitectura veracruzana, que tiene a ingenieros y arquitectos muy reconocidos, sino un monumento a lo que no debe hacerse en una obra pública.

Ahí quedará, del tamaño de un estadio, para que los jarochos recuerden qué clase de gobierno encabezó Cuitláhuac y cómo fueron sus funcionarios, gastando más de mil 600 millones de pesos en una obra que es una burla y ejemplo de lo mal hecho y que no recibe castigo.

Pero quisieron dejar otra enorme huella de su mal gobierno y de cómo debe tirarse el dinero del pueblo e innecesariamente, el entonces gobernador y sus rodeólogos buenos para los negocios al amparo del poder (te recordamos Pepe Miranda) decidieron construir no un estadio sino la Arena Macuiltépetl o Nido del Halcón, bajo las mismas condiciones del Pirata, es decir, sedes deportivas supuestamente de primera sin contar con equipos profesionales.

El Nido del Halcón está peor en el sentido de que ya son 9 meses de que (afortunadamente) terminó el gobierno de Cuitláhuac y es hora de que no puede ser concluido.
Ese nido iba a costar 730 millones de pesos pero, ¡por no contar con escrituras! el terreno donde es construido su precio se elevó en 228 millones de pesos.
Eso es lo que dice el contralor general del Gobierno del Estado, Ramón Santos Navarro, pero la verdad del sobrecosto tal vez nunca se sepa.


Dice el actual contralor que la empresa constructora podría ser sancionada por el sobrecosto y porque tiene un retraso de medio año en la entrega de los trabajos.
¿Y no habrá castigo para los funcionarios que ordenaron construir una obra pública de más de 700 millones de pesos en un terreno sin escrituras?
¿De cuánto será realmente el sobrecosto de este nido?

¿Cuántas obras más se construyeron con esas irregularidades, pues si lo hicieron en Boca del Río y en Xalapa, del tamaño de estadios, qué no habrán hecho en el resto del Estado?
Sea por Dios y venga más, decía Don Rubén Pabello Acosta que decía su abuelita.


¿OTRO PARTIDO? Aunque oficialmente no lo ha dado a conocer empezó a ser comentado que el diputado local priista Héctor Yunes da pasos para constituir un partido político estatal.
El partido llevaría el nombre de su asociación política, Alianza Generacional, y de acuerdo a versiones periodísticas y de redes sociales ya están los trabajos para, llegado el momento, empezar a realizar asambleas distritales, uno de los requisitos para poder constituir un partido.

Lo de realizar las asambleas distritales constitutivas, con determinado número de ciudadanos asistentes, no deberá ser problema para Héctor Yunes y su gente.
El problema será que el Organismo Público Local Electoral (OPLE) le apruebe cada una de las asambleas y demás requisitos.

Seguramente serán muy estrictos y querrán encontrar el mínimo detalle para no otorgar el registro.

Si la gobernadora Rocío Nahle personalmente le ordenó al presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Esteban Bautista, que quitara a su jefe de Prensa, Esaú Valencia, por ser compadre del diputado Héctor Yunes, debido a la animadversión (por decirlo suavemente) que siente por el exdirigente del PRI estatal, imagínate lector qué no ordenará para impedir que uno de sus principales críticos tenga su propio partido.
Por cierto, el futuro del PRI cada vez es más incierto. Valiosos militantes lo han abandonado y otros no han renunciado, pero han dejado de tener participación.