Enrique Peña Nieto claro que tiene retos. El primero fue obtener la candidatura de su partido, el PRI, a la presidencia de la república, doce años después de estar fuera de Los Pinos. Lo consiguió porque su trabajo previo le allanó el camino. Y la ganó no porque haya habido pocos que la quisieran o buscaran. Los hubo, pero en la báscula de la opinión pública y el hacer político, el peso de los otros aspirantes no fue suficiente.

Peña Nieto la ganó con holgura sin que esto implique que estuvo fácil.


El otro reto: Hacer una campaña con todo encima; una candidatura venida del partido en el poder, que no era cualquier cosa. Otra: la llegada de 12 años de campaña permanente hacia el mismo objetivo; la presidencia de México. Y también la ganó, con mayor holgura que la del 2006.

Venía otro más; resolver todo tipo de cuestionamientos; unos válidos pero sin sustento, y otros sin sustento y por ello, no válidos. También lo superó y el último día de agosto recibió la constancia que lo acredita como Presidente Electo de México.

Los retos siguen. A Peña Nieto no se le acabarán durante mucho tiempo.


Enfrenta ahora el de la discordia y el encono, auspiciado <<aunque se niegue>> por quien ha vuelto a perder las elecciones. Pretenderán interrumpir a cotidianidad nacional “con tomas” de oficinas públicas; marchas; pancartas, voceo con spots de partidos derrotados y la nota en columnas políticas de “laureados” que se abstienen de hacer lo propio en los países donde viven, pero les alcanza la información para afirmar inexactitudes.

Y así seguirán por otros seis años mas, que si Enrique Peña Nieto no tiene carácter y habilidad, no podrá superar la siembra y cosecha de odios que han encadenado el desarrollo político y económico del país.

Sí, el Presidente Electo, tiene muchos retos. Los compromisos escritos y los que no figuran en las certificaciones notariales.


Enfrentará la ambición de quienes han estado varios años fuera del presupuesto y de otros, que estando dentro, ahora querrán más. Tendrá que lucha contra la desmesura de políticos que por su experiencia, piensan que todo lo merecen y que, desde ahora, ya tejen los hilos de una presunta candidatura que suponen “se les debe” por arrío de bandera.

Y, además, los que se sienten con derechos ganados por venir desde “atrás”, le podrían generar problemas “alejando” a políticos que se habían mantenido a distancia porque no quisieron correr todo el riesgo que implica el abrirse desde la entrada de una aspiración, o como se dice en la jerga política, “a jugársela en abierto”, lo que hicieron pocos pero que ahora, muchos, están pasando lista de presentes.

Los cargos son muchos, y pocos serán los panistas que enconchen para seguir en las nóminas.


Pero el reto mayor es cumplir: con los compromisos con México y con la gente que tiene esperanzas en que los cobros de la energía eléctrica no sean tan agresivos; con que los “gasolinazos” paren; con que el costo de la vida no liquide esperanzas.

Sí, Enrique Peña Nieto tiene muchos retos. Pero sabía en lo que se metía.

PD. – El informe de ayer; sexto en su orden, fue de rutina pero necesario para el espejo de una nueva alternancia. Y se vieron en el vidrio reflejante, muchos rostros y muchas sonrisas. El signo de un nuevo tiempo.


PD.- ¿Qué futuro tendrán las iniciativas preferentes que el Presidente Calderón envió ayer y otros días antes a las Cámaras? Los legisladores no pudieron llegar los 500 el primer día, a San Lázaro. Que se esperará?