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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
La fórmula para resolver los conflictos viales de Xalapa
Hilario Barcelata Chávez
25 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
Los problemas viales de Xalapa no se resolverán con un "Hoy no circula" para automóviles particulares y ciertamente empeorarán si se les hace caso a esos que, en el colmo de la impertinencia, sugieren cerrar el centro de la ciudad. ¿Será para que de plano colapse la ciudad?

Lo que Xalapa necesita urgentemente es resolver el problema del transporte colectivo público. La solución es simple. Se requiere un sistema "eficiente". Esto quiere decir, que el tiempo de espera debe ser reducido y además, conocido por el usuario. Se requieren rutas bien trazadas, para que los recorridos sean rápidos. Por supuesto las rutas también deben ser conocidas por los usuarios. La forma más fácil de hacer conocida la hora a la que va a pasar un autobús en una parada y la ruta que seguirá, es indicándolo en un letrero en cada parada de autobús. De ese modo, el usuario puede planear sus desplazamientos por la ciudad, lo que permite reducir el número de autobuses con los que se atiende a estos usuarios, que por no poder planear, generan una demanda desordenada. Pero además, esos autobuses deben ser conducidos con precaución, con seguridad, deben estar limpios, dotados de aire acondicionado, con asientos cómodos, confortables, es decir, autobuses dignos para el transporte de personas.

Los autobuses deben reducir sus tiempos de recorrido para ser más eficientes. ¿Eso como se logra? Es simple. En el momento en que una persona que no es usuario regular del servicio de transporte público, detecta que este servicio es eficiente, limpio, rápido, barato y que le permite ir a su destino, en ese momento, esa persona deja su automóvil en casa y usa el servicio de transporte. El número de autos privados circulando se reduce de manera automática y las vías se descongestionan. ¿Si aun así las personas no dejan su auto en casa? Entonces cóbrese más por el uso del espacio público que se utiliza como estacionamiento, pónganse parquímetros. La gente, en un acto de racionalidad económica, dejará su auto en casa y utilizará el eficiente, limpio y rápido servicio de transporte.


Para mejorar la vialidad hay que entender que las calles son para circular, no son estacionamientos y que si se pretende usar el espacio público de manera privada, (porque eso es lo que hacemos cuando nos estacionamos en la calle, privatizamos el espacio público) entonces se debe pagar para hacerlo.

Hay que recuperar la idea de los ejes viales y en general reconsiderar la implementación del Programa de Movilidad Urbana 2009, que rápidamente estaba resolviendo los problemas viales y que se abandonó por la queja de unos cuantos que quieren seguir usando las calles como de su propiedad y por un gobierno municipal cobarde que no quiso enfrentarlos para defender el beneficio colectivo. Si los que tienen negocios se quejan porque la prohibición de estacionarse en la calle les resta clientes, pues que pongan estacionamiento propio en su negocio, pero que no se adueñen de la calle, ni pretendan transferirnos a los demás, el costo de sus ganancias, que las están obteniendo a costa del congestionamiento vial, y eso es un costo que todos pagamos. Los demás, también necesitamos las calles para circular. Hay que entender que el exceso de paternalismo nos aniquila como sociedad e impide el desarrollo.

¿Y cuál es la fórmula para que el transporte sea barato y de calidad? Respuesta de primer semestre de Economía: asegurándonos que haya muchos competidores y que no haya obstáculos para entrar al mercado, es decir, que cualquiera pueda invertir si lo desea, sin necesidad de permisos o concesiones, únicamente cumpliendo con los estándares de calidad y seguridad en el servicio establecidos en ley. Con ello, tal vez algunos no podrán seguir en el mercado y tendrán que retirarse. Otros si y mejorarán. Lo que no se puede ni se debe hacer, es seguir consintiendo, con un peligroso y dañino paternalismo, a quienes hacen negocio de manera tan ineficiente, que para lograr sus ganancias, requieren que el gobierno proteja su mercado, aunque eso dañe la calidad de vida de la sociedad, porque les permite proveer un servicio de pésima calidad. Hay que ver al transporte público como un mercado, como un negocio, no como un espacio de beneficencia social, donde hay que cuidar de los "pobrecitos" concesionarios. El que quiera hacer negocios ahí, que se enfrente a la competencia, como cualquier otro en otros mercados.


Así funcionan las cosas en los países desarrollados y vean que bien están y la gente disfruta de un excelente servicio de transporte. Orden y libertad de mercado. Gobierno y autoridad. Eso es todo lo que necesitamos.

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