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Columnas y artículos de opinión
Nulo crecimiento de nuestra economía
Helí Herrera Hernández
20 de mayo de 2013
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
El argumento principal que dio el nuevo Gobierno Federal para impulsar la reactivación del mercado interno fue la reforma laboral. Nos dijo que sin ella la Economía Nacional solo crecería a ritmos menores al 2 por ciento anual y que por ello urgía que el Poder Legislativo se abocara aprobarla en el primer trimestre del año.
 
Así ocurrió. Con el apoyo de los legisladores del Partido Revolucionario Institucional, del Verde Ecologista, del PANAL, del PAN y uno que otro despistado del resto de las fuerzas políticas representadas en el Congreso, la Reforma Laboral pasó y se echó andar de inmediato haciéndole saber a la ciudadanía, a través de los medios de comunicación, “las bondades” de dicha reforma que se iban a ver reflejadas a corto, mediano y largo plazo, según ellos.

 
No se requirió que pasara mucho tiempo para que los testimonios de académicos, intelectuales, catedráticos y legisladores de izquierda cobraran realidad, justo cuando el Instituto Nacional Estadística y Geografía dio a conocer la semana pasada que el Producto Interno Bruto del país creció 0.8 por ciento en el primer trimestre del año, lo que significo su peor nivel para el mismo periodo desde 2009.
 
Esta dramática noticia desnuda las tesis que don Enrique Peña, su Secretario de Hacienda y demás corifeos utilizaron para lograr la aprobación a la reforma al artículo 123 de nuestra Ley de leyes, demostrando en la práctica que la reforma laboral no sirvió para nada benéfico para la nación, sino para conculcar los derechos de millones de trabajadores mientras que los alquiladores de la fuerza de trabajo se siguen enriqueciendo día con día.
 
Tal noticia obligó a la Secretaría de Hacienda ajustar de 3.5 a 3.1% su estimación de crecimiento económico para este año, advirtiendo que este decremento podría afectar la recaudación y los ingresos del sector público, por lo que en caso de que ello ocurra, en primer término se hará uso de los Recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros para compensar la caída, y después, de ser necesario, se ajustará el gasto público (nuevamente y como siempre ha sucedido con los gobiernos neoliberales, recortes a los presupuestos de salud y educación, primordialmente).

 
La realidad ha hecho cobrarle la primera factura al Ejecutivo Federal respecto a las políticas públicas que desde que tomo posesión viene imponiendo con el apoyo de los legisladores PRIANISTAS, del verde y del PANAL. Ese cuento que la Reforma Laboral iba a impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas en México, para tener crecimientos de nuestra economía superiores al 3.5 por ciento ha mordido polvo, pues sus efectos son al revés, es decir, ha contraído el mercado interno, independientemente que nuestras exportaciones siguen cayendo estrepitosamente por falta de políticas públicas generadoras de empleos bien remunerados.
 
Hoy los mismos actores (gobierno federal), manejan los mismos argumentos para impulsar la reforma financiera y la reforma energética, haciéndonos creer que sus efectos detonarán el crecimiento de nuestra economía porque generarán empleos bien remunerados que restituirían capacidad de compra a los salarios y con ello, se crearan círculos virtuosos, como aquellos que vivieron nuestros padres con el Modelo desarrollista.
 
Se les olvida o desconocen los actores político neoliberales, porque fueron educados en el extranjero, que el “milagro mexicano” fue posible por el tejido social-económico que generó el gobierno del General Lázaro Cárdenas, que logró que el movimiento obrero fuera un resorte para lograr nacionalizaciones tan importantes como la ferrocarrilera, la petrolera, la de la tierra, independientemente de las empresas públicas que creó como la de fertilizantes (guanomex-fertimex), así como la banca de desarrollo (banco nacional de Crédito Ejidal y el banco rural de desarrollo), que fueron puntales para el crecimiento económico.

 
Más adelante, la nacionalización de la industria eléctrica (27 de septiembre de 1960), o la telefónica (16 de agosto de 1972) fueron pilares para el desarrollo social y económico de México y las estadísticas y resultados están allí, al alcance de cualquier compatriota que quiera comparar entre el modelo capitalista de economía mixta o monopolista de estado, y el actual neoliberal que abrazan e impulsan los últimos 5 presidentes de México, que ha conducido a decenas de millones de compatriotas a la pobreza y miseria, y a unos cuantos en multimillonarios.
 
Las mentiras ofrecidas por el gobierno respecto a la reforma laboral son las mismas que hoy da para que se aprueben las reformas financieras y la energética que profundizarán más las desigualdades sociales ya existentes.
 
Mientras no le limiten las ganancias a los banqueros que año con año tienen dividendos superiores a los cinco mil millones de pesos al que peor le va, le sigan perdonando impuestos por tres mil millones de pesos a televisa, le sigan permitiendo a don Carlos Slim defraudar a millones de usuarios con los servicios que ofrece, sigan permitiendo la corrupción en PEMEX y no metan al bote a contratistas, funcionarios y líderes sindicales, sigan brindándoles impunidad a expresidentes de la república, exgobernadores y otros funcionarios de menor nivel, este país seguirá convulsionándose y cada mes y cada año irá en aumento, por culpa de un gobierno divorciado totalmente de las masas sociales.

 
Si la reforma laboral ya empezó a cobrar dividendos negativos, ¿imagínese que le pasará a este país si se concreta la energética?