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Columnas y artículos de opinión
Plan B
Sobrevivir al cáncer
Lydia Cacho
11 de agosto de 2014
alcalorpolitico.com
¿Compraría usted medicamentos contra el cáncer en el mercado negro para salvar a
algún familiar? Prácticamente a nadie se le ocurre preguntarse cómo funciona la
atención de cáncer en el sistema de salud pública hasta que se enfrenta a la
pesadilla; entonces comprende la palabra detección temprana.
 
 

Laura es una de las diez mil niñas, niños y jóvenes que enferman de cáncer cada
año en México; sus padre le están dando calidad de vida porque no tiene forma de
curar la avanzada leucemia de su pequeña de ocho años. Carmen es una costurera
de 65 años, se salvó de un cáncer de páncreas, pero ahora por la metástasis está
haciendo radioterapia en un hospital privado, porque en el seguro Social de
Yucatán tiene lista de espera de seis meses; consiguió un préstamo y quedó

endeudada. Ramiro fue al Seguro Social de Cancún durante un año quejándose de
problemas urinarios, cuando le quitaron la próstata era muy tarde, el cáncer se
extendió y murió antes de su cita para tratamiento.
 
 
En México hay 165 oncólogos pediatras para los diez mil casos anuales y ochenta

especialistas en Psicooncología. Hay 900 especialistas en Oncología en todo el
país para enfrentar 100 mil nuevos casos anuales y sólo hay 41 clínicas públicas
con capacidad para atender personas con cáncer. Según el Instituto Nacional de
Cancerología (Incan), las mexicanas sufren más de cáncer de mama y cerviz, los
hombres de pulmón y próstata; las niñas y niños de leucemia. La gran mayoría de
casos se detectan demasiado tarde y quienes se salvan tuvieron la suerte de

recibir apoyo de alguna organización como la Asociación Mexicana de Ayuda a
niños con Cáncer (AMANC). El problema es que 3 de cada 4 infantes son detectadas
con la enfermedad avanzada.
 
 
Sólo veinte de cada diez mil personas enfermas pueden pagar un tratamiento

oncológico privado sin quedar afectadas económicamente. El medicamento para
cáncer de pulmón cuesta 16 mil pesos mensuales; el de leucemia infantil 7 mil
quinientos mensuales (en general durante el resto de la vida de la o el paciente
en fase avanzada); el tratamiento de inhibidores de aromatasa que deben tomar
durante cinco años las pacientes postmenopáusicas que tuvieron cáncer mamario
cuesta 4 mil al mes. 17 radioterapias valen 50 mil pesos, doce dosis de

quimioterapia pueden llegar a costar 40 mil. Tratamientos avanzados como el
Sorafenib cuestan 6 mil dólares al mes. A esas cifras hay que aumentar
medicamentos contra el vómito, la anemia, la baja de defensas y los continuos
estudios de química sanguínea. El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP)
calcula que el costo promedio de atención a una paciente con cáncer de mama es
de 150 mil pesos anuales.

 
 
El costo oculto del cáncer es algo de lo que no hablamos en México; la familia
entera queda atrapada con la enfermedad además del dolor emocional, la depresión
y ansiedad, los cuidados especializados y las reiteradas hospitalizaciones
implican que la o el paciente deje su trabajo y la carga económica recaiga en

otra persona. Cuando hay niños o niñas enfermos en general las madres dejan todo
para cuidarles, y la economía queda comprometida.
 
 
En 2010 la PGR descubrió en Puebla la red de mercado negro de medicamentos
oncológicos más grande del país. Los robaban del Seguro Social y los vendían

directo a pacientes. El argumento era que las clínicas los tienen pero no los
recetan por falta de especialistas y de detección de la enfermedad. El bioético
y oncólogo Ezekiel J.Emanuel dice que un tercio de pacientes con cáncer reciben
quimioterapia al final de la enfermedad, cuando ya no es útil. Lo cierto es que
aunque el Instituto Nacional de Cancerología hace esfuerzos sobrehumanos para
atender pacientes de toda la República, la respuesta verdadera está en la

inversión de clínicas de prevención y detección temprana.
 
 
Próximamente hablaremos de la corrupción en la industria farmacéutica y de cómo
más gente vive del cáncer de la que muere y sobrevive.