Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

Con alabanzas a San Rafael Guízar, recuerdan a los que ya no están

- Voces solemnes del panteón de Naolinco evocaron a este Santo y Obispo de Veracruz en su tradicional Cantada

- Entre tamales y chocolate, esperaron en casa la visita de los seres queridos que tuvieron que adelantarse

Xalapa, Ver. Julián Hernández 02/11/2022

alcalorpolitico.com

En el marco del Día de Muertos, este 1 de noviembre el pueblo mágico de Naolinco celebró su tradicional Cantada, fiesta para recordar la vida de los fieles difuntos. Apenas iniciada la noche, las calles del municipio recibieron a decenas de personas que se paseaban bajo una luna especialmente hecha para la noche y las alabanzas.

Bien madurada noche, naolinqueños y turistas acudieron al panteón municipal para entonar sus cánticos al pie de las tumbas donde reposan sus seres queridos.

Entre los santos que figuraban en los cantos dedicados a las tumbas de los seres queridos, San Rafael Guízar y Valencia, el icónico Obispo y luchador social de Veracruz, parecía tener un lugar especial en el corazón de los creyentes. Este santo se dejó escuchar como protagonista en muchos de los cánticos entonados, junto a otros como "Animas benditas" y "El padre Darío" que son los más comunes de la tradición.

Por lo general, los cantos y alabanzas son iguales, donde el coro se repite en cada ocasión. Al principio, las alabanzas partieron de poesías que los habitantes originiarios escribieron desde épocas muy antiguas. Dichas alabanzas con el paso del tiempo, en tiempos un poco más recientes, fueron adaptadas por religiosos que refirieron a santos particulares como el motivo predominante. Por ello que actualmente abunden próceres religiosos regionales en cada uno de los cánticos.

Rodeados por flores de cempasúchil y veladoras, varios conglomerados de gente cantaron solemnes alabanzas que evocaron distintos elementos religiosos, donde se pudo presenciar el sincretismo cultural franciscano unido a la raíz prehispánica de esta tradición veracruzana.

De acuerdo con los comentarios de algunos participantes, la Cantada de Naolinco representa un momento único de conexión espiritual con las personas que han trascendido este plano terrenal, cuya costumbre da forma a la identidad cultural que el pueblo mágico representa.

"La muerte en nuestra cultura no se trata de un fin sino al contrario, es el principio de un ciclo que tenemos que seguir y entonces, conforme a la época antigua de este pueblo se recitaron muchos poemas, muchas historias y cantos y parte de esa época dieron origen a las alabanzas que hoy en día venimos a cantar al panteón. Son las que tratamos de transmitir de generación en generación".

A medida que la noche aprieta, unos van y otros llegan al panteón para continuar esta tradición. Según se explica, una vez hechos los cantos en el camposanto, los solemnes caminantes vuelven sus pasos a sus casas, donde, entre tamales y chocolate, habrán de esperar con gozo la visita de sus difuntos.