Con lirio acuático, Guadalupe crea artesanías y artículos diversos

El lirio acuático del río Calzadas se ha convertido en el sustento de Guadalupe Jiménez Valerio y su familia, pues con éste crean artesanías diversas desde el 2013, las cuales van desde bolsas, aretes, cestos y hasta tapetes.

La mujer de 34 años explicó que aunque muchos ven el lirio acuático como simple maleza o hasta basura natural, ella lo ha convertido en productos lavables y ecológicos que llegan a durar de entre 5 hasta 10 años.

Guadalupe se acompaña de su esposo José Antonio Ramos y sus hijos Antonia, de 15 y David, de 14, para ir a las orillas del río a recoger el lirio e iniciar el proceso de creación.



"El lirio lo recolectamos del río Calzadas, le cortamos el tallo y la punta y lo secamos al sol, se desinfecta con cloro y jabón. Después se lava como si fuera ropa, se enjuaga y se pone al sol. Después se mete en bolsos y se guarda. Luego se va sacando para hacer piezas a mano. Tenemos que librar cocodrilos, víboras, cucarachas", dijo.

Con el lirio elabora bolsos, cestos, botellas forradas, bisutería y tapetes, diferentes tipos de artesanías, lavables y ecológicas, no se echan a perder fácilmente.

También recolectan botellas, de preferencia oscuras o verdes que sirven como aceiteras, floreros y para vino.



Sus creaciones han sido enviadas a Guanajuato, Córdoba, Aguascalientes y más.

La familia vive en la colonia Villas de la Rivera, por lo que el río le queda cerca.

"Mi trabajo me gusta, me gustaría vender más los productos porque hay personas que no saben para qué se utiliza. (Al lirio) lo consideran basura, maleza. Me llevo una hora haciendo un cesto", señaló.



Los cestos cuestan 200 pesos, los tortilleros 40, que ofrece a través de Facebook.

"Hay personas que quise enseñar pero no les gustó, es que es pesada la recolección del lirio. Estudié primer semestre de preparatoria, quería estudiar Ingeniería Petroquímica o Sistemas Computacionales pero no hubo recursos", finalizó.