Con sones tradicionales, familias y visitantes de Álamo celebraron el “Ochavario”

Procedentes de varios estados de la República y aún del extranjero, cientos de personas se congregaron en el panteón de Zapotal Solís y otras localidades, con la finalidad de honrar a sus muertos en el día denominado “Ochavario”.

El presidente municipal Ricardo Serna Barajas dio instrucciones a los directores de Protección Civil, Fomento Social, Turismo, Limpia Pública, Comercio y a la Dirección de Seguridad Pública Municipal, para que unieran sus esfuerzos para darle a los visitantes todas la facilidades durante su estancia, dado que la pequeña congregación se ve saturada por la gran multitud que arriba a Zapotal Solís, Tierra Amarilla y Potrero del Llano, donde la tradición del “Ochavario” se encuentra muy arraigada.

El presidente Serna Barajas expuso que ocho días después de la fiesta grande las comparsas de enmascarados o coles vuelven a danzar con la ejecución de los sones tradicionales, además que las familias provenientes de las propias localidades o de lugares distantes por razones de trabajo, regresan y ofrendan en esta ocasión sobre las tumbas.



De manera que con la música tradicional, de trío o de banda, con las danzas y con las ofrendas se recuerdan a quienes se han adelantado al más allá inevitable, precisó el Munícipe, quien agregó que se trata de tradiciones muy respetables ya que los familiares que se congregan recuerdan y rezan por sus muertos.

Explica que se trata de una tradición centenaria que requiere año con año, de la atención del Gobierno Municipal para asegurar la paz pública, ordenar al comercio que se congrega cada 9 de noviembre, resolver el problema de la basura generada durante todo el día y la noche y en general, coadyuvar con las autoridades locales para que el evento transcurra sin novedades.

Sobre las tumbas se colocaron manteles floridos, se colocaron las bebidas y los alimentos que le gustaron en vida al difunto, encendieron cirios y veladoras, les tocaron las canciones que los difuntos escucharon con deleite cuando estaban vivos, echaron cohetes al aire y finalmente bebieron, comieron y disfrutaron de las danzas propias de la fecha, aunque por la mañana se ofició en el panteón la “Santa misa” en recuerdo de los familiares muertos.