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Con su rescate financiero, Bush confesó fracaso del neoliberalismo: José Blanco

- Si no funciona la estrategia, estaríamos frente a una crisis capitalista y no sólo financiera - Hay suspenso; no es posible prever si la medida fue suficiente para frenar la quiebra de las instituciones financieras

Irma Villa Xalapa, Ver. 09/10/2008

alcalorpolitico.com

La intervención del gobierno de George W. Bush en bancos de inversión, e inclusive la creciente participación en bancos de seguros de ese país, no es más que la confesión del fracaso de las teorías neoliberales que a partir de la década de los ochenta fueron promovidas en el mundo pues, aseguraban, traerían una prosperidad nunca vista, expresó el economista José Blanco Mejía, jefe de asesores de la Rectoría de la Universidad Veracruzana (UV).

Por otra parte, el economista argentino Aníbal Zottele, coordinador del Centro de Estudios China-Veracruz de la UV, señaló que en un intento de evitar la escalada de quebrantos y atenuar el ya grave impacto que la crisis propaga a la actividad económica en su conjunto, en donde aparecen signos inequívocos de un ciclo recesivo, el presidente estadounidense recurre a la intervención del Estado, acción con la que aniquila la principal tesis neoliberal que asegura que el mercado se autorregula,
Por su parte, el uruguayo Samuel Lichtensztejn, coordinador del Programa de Estudios sobre Integración Regional y Desigualdad América-Europa, destacó que para los países que forman parte del sistema capitalista no es nuevo que el Estado asuma responsabilidades y use enormes recursos de sus contribuyentes para atenuar una crisis financiera: “Lo verdaderamente inédito de esta intervención es la dimensión cuantitativa que alcanzan las ayudas que se han brindado y las que están a estudio del Congreso Norteamericano”, dijo.

Los tres especialistas coinciden en que lo peor de esta crisis es la dimensión internacional que puede alcanzar, dado que obedece a prácticas no reguladas de las instituciones financieras estadounidenses y a una especulación desenfrenada que supera ampliamente la evolución de la producción y el comercio mundiales.

Desafortunadamente, abundaron, a esta crisis estadounidense se unen otros países capitalistas desarrollados en razón de esa desregulación y especulación internacional.

“Ha golpeado especialmente a Europa (debido al grado de compenetración financiera entre la Comunidad Europea y Estados Unidos), y en menor medida a América Latina y aún menos a Asia”, especificó José Blanco.

De momento la crisis ha entrado en suspenso –con la aprobación de las dos cámaras al Plan de Bush–, pero todo se halla en un estado extremadamente fluido, de modo que no es posible prever si la medida fue suficiente para frenar la tendencia a la quiebra de los instituciones financieras (bancos de todo tipo, compañías de seguros y de fianzas, bolsa de valores y otras).

En las semanas venideras se podrá observar si la inyección de recursos de 700 mil millones de dólares logra frenar la crisis, de no hacerlo el impacto crecerá en América Latina y en Asia y, lo que es peor, empezará a afectar a la economía real (el mundo de la producción y distribución de bienes y servicios). Si esto ocurriera entonces hablaríamos de una crisis capitalista (no sólo financiera).

Como quiera que sea, si la crisis se frena, a ello seguirá un largo periodo de recesión, es decir, habrá estancamiento en la economía o, siendo más optimistas, su crecimiento será muy lento, finalizaron.