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Sección: Estado de Veracruz

CONAFOR no sólo planta árboles, apoya también la economía de los productores

Realiza actividades que sirven para mitigar la pobreza y marginación en las áreas forestales

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 22/12/2011

alcalorpolitico.com


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Cuando se piensa en la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) se piensa que a lo único que se dedica es a plantar arbolitos, dejando de lado otras tantas actividades que sirven para mitigar la pobreza y marginación en las áreas forestales.

Si bien es cierto Veracruz ha sido de los estados más beneficiados con recursos federales para la plantación de árboles, gracias a su programa ProÁrbol, también hace otras cosas que apoyan a la economía de los productores todo con un fin: cambiar la mentalidad de que no sólo el ganado y la agricultura son las actividades de las que podrá obtener recursos.

En una gira de trabajo por la zona del Cofre de Perote, viveros, el Laboratorio de Germoplasma Forestal y un recorrido por la zona más devastada en 1998 con un incendio que acabó con más de 3 mil 500 hectáreas de bosque, en Ayahualulco, parte de Xico y Coatepec; el gerente estatal de la CONAFOR, Jesús Dorantes López explicó las otras cosas que también hacen.

En el municipio de Banderilla está ubicado uno de los 52 viveros apoyados por el organismo público descentralizado. Ahí se ubica el Laboratorio de Germoplasma Forestal. En éste se analizan las semillas de las diversas especies de árboles que se siembran en Veracruz con la finalidad de que el productor sepa exactamente cuántas van a germinar.

Este laboratorio especializado certifica a través de diversos procesos físicos como rayos X, cámaras germinadoras o estufas de secado, que las semillas sirvan para la comercialización, pues es un “gran negocio” vender semillas. Tan solo el kilo de semilla de Pino Pátula puede llegar a valer entre 3 y 4 mil pesos.

La CONAFOR tiene alrededor de 3.5 toneladas almacenadas de compra que hace a los productores, mismas que son donadas para los diversos programas de apoyo.
A la fecha en los 52 viveros que están ubicados a lo largo y ancho de la entidad se producen 28 millones de plantas, para lo cual se requieren varios millones de toneladas de semillas.

Este laboratorio brinda, a todo aquel que quiera conocer la calidad de la semilla que pretende comercializar, un servicio sin costo, pero sí le da seguimiento. En el caso de que quisieran hacerlo de manera particular el análisis podría costar más menos 8 mil pesos.

Muchos son los tabús alrededor de los aserraderos, pero la CONAFOR también vigila que éstos laboren bajo las normas que la ley establece, los certifica y busca que los productores encuentren un lugar donde vendan su madera a buen precio y “hacer que el bosque sea un negocio”, expresó Jesús Dorantes.

“Hay reglas, permisos, que la madera que llega sea legal (…) una industria es importante y que trabaje para que lo que salga del monte alguien lo compre y que los productores que hicieron un esfuerzo vendan su madera, la vendan a precios adecuados”, aseveró.

El funcionario federal reveló que la madera de la región del Valle y Cofre de Perote es de las más caras del país.

Aunque la otra cara de la moneda es que precisamente por ser de las más caras, no siempre es la que el empresario maderero quiere comprar, pero reconocen que es de mayor calidad.

El aserradero más grande de la región utiliza la madera prácticamente para la exportación indirecta, pues sirve para que otras industrias embalen sus productos que finalmente viajan a otros países del mundo. Tan solo del aserradero de Las Vigas el 90 por ciento de la madera se va al extranjero.

El propietario del aserradero, Esteban Ramírez Leyva aseguró que la madera de la zona es “exageradamente” cara, quizá la más cara del país, pues ha de andar entre mil 050 y mil 100 pesos el metro cúbico. Llega a ser tan cara que a veces le resulta más barato traerla del extranjero que del cerro de enfrente.

Lamentó que la producción deficiente de nuestro país provoque los altos precios, ello aunado a que las superficies muy pequeñas. Una sola empresa chilena puede llegar a producir el doble del total de manera que produce todo nuestro país.

“Una empresa chilena produce alrededor de 15 millones de metros cúbicos anuales y la producción anual de México anda sobre 6 ó 7 millones de metros cúbicos y no es la única empresa en Chile, es la más grande. La calidad es mala, pero es pareja, es similar. La madera mexicana es mala, regular y buena, para el trabajo industrial no funciona”, aseguró.

Los viveros son otra actividad que da trabajo a por lo menos 4 mil 200 veracruzanos y donde la CONAFOR apoya con recursos federales para la producción de las diversas especies de árboles maderables. El vivero “La Gloria” es apoyado a través de lineamientos federales y paga la planta producida que posteriormente toma este OPD para los diferentes programas que existen.

Jesús Dorantes López destacó que de acuerdo con estimaciones de la CONAFOR, por el cultivo de plantas pueden tener un beneficio hasta de un 30 por ciento para sí, el resto es inversión, aunque dio crédito a la palabra de los productores.

Explicó que la plantación aparentemente es sencilla, aunque en el pasado había mucha pérdida de planta porque no sabían hacerlo, pero a la fecha se han capacitado y ahora las plantas son de gran calidad.

Virgilio Morgado Narvaez, presidente de la Sociedad “Viveros Forestales Nueva Creación” o más conocido como vivero “La Gloria”, destacó que en este lugar se producen alrededor de un millón de plantas de diversas especies como Pinus Cembroides, Pinus Pseudostrobus, Pinus Patula, Pinus Montezumae, entre otras.

La mayor parte de la producción de este lugar se va a la zona de Ayahualulco, Perote, Jalancigo, Las Vigas, Xico y Tenextepec.

Por su parte, Israel Sánchez, secretario de la Sociedad “Viveros Forestales Nueva Creación”, aseguró que la mentalidad ha ido cambiando y con los fenómenos climáticos cada vez más productores se han ido incorporando para tratar de abatir la deforestación, incluso, la entidad es punta de lanza en la actividad forestal a nivel nacional, tanto en producción como plantación.

“Sólo falta que cada ciudadano ponga un granito de arena en las zonas rurales, urbanas, para lograr los objetivos de que en Veracruz todas las zonas desocupadas se logre la reforestación”, destacó.

Hizo hincapié que en las zonas ganaderas y agrícolas se debe insistir en sensibilizar a los ganaderos y campesinos para que incluyan en sus terrenos zonas forestales como cortinas rompevientos.

“Cualquier rama de producción que sea tiene un compromiso moral con nuestro México, con la naturaleza, los hijos (…) todos le tenemos que entrar a la reforestación.

En sus manos está implementar algún programa para motivar a todos los productores”, aseveró.

En Ayahualulco en 1998 ocurrió un grave incendio que acabó con más de 3 mil 500 hectáreas de bosque. A la fecha los ejidatarios de Tonalaco (municipio de Xico), se han encargado de vigilar el crecimiento de nuevas plantaciones y de manera general que haya un manejo forestal adecuado apoyados por la CONAFOR.

Aquí la CONAFOR además de dotar de apoyos, también busca beneficiar a las poblaciones con caminos y estar al pendiente de la sanidad forestal, pues hay plagas (muérdago) que pueden hacer meya en las zonas forestales.

La labor del campesino es ardua, no nada más se sienta a ver crecer su árbol, que por poco puede tardar 12 ó 13 años a que madure para su comercialización. Es decir, a la par de que esté vigilante del crecimiento, tiene también que vigilar que no sea infectado por algunas plagas que fulminan a la planta.

Los ejidatarios tienen la labor de hacer “tinas ciegas”, que son unos surcos en la tierra que se hacen para almacenar el agua para los tiempos de escasez. Esta dinámica permite almacenar alrededor de 70 litros de agua y debe haber por lo menos unos 400 por cada hectárea. Asimismo, deben hacer las brechas cortafuegos y presas filtrantes para mejorar el desarrollo del bosque.

Jesús Dorantes López destacó que esta es una actividad que puede generar un ingreso para la economía familiar y evitar así que se desvíen a actividades ilícitas.

Aunque hay mucha necesidad y poco recurso, lo que se requiere es más apoyo para el perfecto mantenimiento del ejido.

La visita alcanzó su punto máximo a por lo menos 2 mil 820 metros sobre el nivel del mar, donde los compañeros tuvimos la suerte de plantar árboles, recorrer parajes hermosos y comer deliciosamente, todo ello acompañados por guías expertos y pobladores que todo el tiempo mostraron eso de lo que todavía hay mucho en nuestro Veracruz: calidez y gran cariño por la tierra.