Luego del paso del huracán
Stan en el año 2005 por nuestro territorio, la Universidad Veracruzana publicó el libro "Inundaciones 2005 en el estado de Veracruz", donde especialistas advertían a las autoridades competentes y planificadoras, que alcanzar el crecimiento urbano a costa de la depredación del medio ambiente, aumenta la vulnerabilidad de las poblaciones y por consecuencia incrementan los altos índices de riesgo.
En uno de los 20 capítulos del libro, el dedicado a "Políticas de vivienda en el estado de Veracruz y las tormentas tropicales 2005", escrito por José Ricardo Pérez Elorriaga y Carmen Batista Smith, de daba cuenta de lo anterior y agregaba hace poco más de 10 años que, "hoy se hace necesario enfrentar el desafío de anticipar y prevenir el riesgo de desastre, integrando las amenazas potenciales en la concepción y en la ejecución de las políticas de desarrollo y especialmente las de desarrollo urbano, ya que las ciudades, generalmente, son los centros de atracción para las inversiones y el medio propicio para el desarrollo de sus habitantes".
Los autores destacaron que la urbanización también puede modificar la distribución del peligro, si se respetan fundamentalmente los elementos naturales básicos como son la vegetación, los acuíferos y la conformación topográfica.
"Es decir, se deberá mantener el equilibrio ecológico de los ecosistemas que contiene la ciudad, para garantizar la estabilidad de las condiciones ambientales que protegen el microclima de las diversas zonas urbanas", explicaron tras el paso del huracán
Stan en el 2005.
Hoy cobra vigencia el tema de los daños producidos por meteoros como el
Earl que este viernes cruzó por la zona central de la entidad veracruzana y afectó particularmente ciudades de la región montañosa central, pues las torrenciales lluvias provocaron más daños en las zonas urbanas que rurales.
Señalan de igual forma que en los procesos de expansión urbana, las ciudades transforman el entorno que las rodea y generan nuevos riesgos.
La urbanización de las cuencas puede alterar los regímenes hidráulicos y desestabilizar las pendientes, aumentando el peligro de inundaciones y desprendimientos de tierras.
Los especialistas hacen hincapié en el caso de la conurbación Veracruz- Boca el Río donde en el año 2006, luego del paso del huracán
Stan, las compañías constructoras ofertaban 30 mil nuevas viviendas, todas con permisos y anuencias, "sin embargo, muchos de los proyectos no responden a la adecuación contextual ni a las mínimas normas que nos lleven a la sustentabilidad", advertían.
"Se cancelan lagunas, los ríos y arroyos se convierten en drenajes de aguas negras, los manglares desaparecen", expusieron hace una década.
Por todo lo anterior, en este capítulo del libro "Inundaciones 2005 en el estado de Veracruz", la primera recomendación que hacían los expertos universitarios era, "que las distintas instancias de gobierno incrementen la investigación ambiental y urbana, con el fin de generar alternativas de soluciones para las áreas de mayor vulnerabilidad".