El arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, afirmó que las propuestas de quienes integran la Iglesia Católica son y serán siempre de escucha, de cercanía, proximidad, en la oración, en el discernimiento, en la toma de decisiones y en la acción.
En su primera homilía luego de recibir su nombramiento formal como pastor de la Iglesia capitalina, cuestionó a los "personajes públicos" que se dedican a dividir, a polarizar, a crear enemigos y facciones.
"Nosotros vemos las diferencias como complementarias, los carismas como riqueza, encontrando y participando en tareas comunes que nos acercan con paciencia y tenacidad, creando y gozando nuestros encuentros, venciendo la desconfianza que otros nos imponen", dijo.
Desde el Seminario Arquidiocesano de Xalapa "San Rafael Guízar y Valencia", donde este martes recibió el báculo pastoral y la sede de la Provincia Eclesiástica de Xalapa, expresó que todo encuentro que se vive a diario requiere valentía, apertura y disponibilidad.
"Es muy fácil refugiarnos en relaciones formales, superficiales y distantes. Para superar esta tendencia necesitamos encontrarnos a diario con Dios y con nuestros hermanos, necesitamos de la gracia de Dios, de la oración y de la meditación del Evangelio para enfocarnos en el rostro y la palabra del otro y dejarnos cuestionar por las preguntas y las propuestas que nos hace el Espíritu Santo a través de hermanos diferentes a nosotros", indicó Patrón Wong.
En el auditorio “Miguel Sáinz” del Seminario Mayor y en presencia del presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), monseñor Rogelio Cabrera López, sacerdotes, religiosas, familiares e invitados especiales, acotó que se requiere se la unidad porque "solos no logramos nada".
"Reflexionando y actuando juntos, aprendiendo y abriéndonos al trabajo en equipo, nos convertimos en peregrinos enamorados del Evangelio, más eficaces y eficientes en la construcción de un México y un mundo mejor", resaltó el clérigo católico.
Destacó que por el ADN misionero que los envuelve son anunciadores de las buenas nuevas del Evangelio y de la vida, pues cuando han experimentado el amor de Dios en Cristo no pueden contener el deseo de comunicar la fe.
"Nuestra fe nunca es soledad y solitaria, porque tiende a difundirse, a compartirse, especialmente cuando estamos rodeados de tanto sufrimiento, tanta violencia y tanta miseria", comentó ante los asistentes.
Reiteró que los "múltiples y sofocantes problemas no podrán jamás quitarnos la esperanza porque en el ministerio pastoral de Cristo, su sufrimiento, su muerte y resurrección, hemos aprendido que la última palabra no la tiene el mal y la muerte, sino que las deslumbrantes victorias del mundo son todas pasajeras y aparentes".