Cuando el futbol escribe historias: el Pafos FC, de Chipre, está en Champions

Una vez, hablando con un amigo muy querido, él me dijo: “Para mí, el futbol es una pérdida de tiempo”. Es una postura completamente válida y respetable; en gustos se rompen géneros. Ahora bien, también estamos los que nuestro mundo gira en torno al futbol y lo que acontece en los terrenos de juego ocupa un rol protagónico en nuestro día a día.

El regreso de las grandes ligas europeas, en lo personal, me tiene muy entusiasmado. Entre estas competiciones se encuentra la Champions League, que es, en mi opinión, la competición más importante a nivel de clubes del mundo. Participan los campeones de las ligas europeas, junto a otros equipos de primer nivel que, aunque no ganaron su campeonato, terminaron en los primeros puestos. En sus rondas previas están también equipos campeones y destacados a nivel local. Sin embargo, se encuentran muchos escalones por debajo de los clubes aspirantes a ganar la competencia. Este artículo va dedicado a uno de ellos, el campeón de la liga chipriota, cuya historia representa una de las razones por las cuales me apasiona tanto este deporte: que nunca nada está escrito.

Pafos: más que ruinas y mitos



Pafos es la capital del distrito que lleva el mismo nombre, uno de los 6 que hay en la isla de Chipre. Cuenta con poco más de 36 mil habitantes. La ciudad constituye un atractivo turístico por sus sitios arqueológicos. Inclusive, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se cree que es el lugar de nacimiento de Afrodita, diosa de la belleza y el amor en la mitología griega, donde se erigió uno de los templos más importantes en su honor. También se menciona en la Biblia (Hechos 13:4-12) cuando los profetas Pablo y Bernabé viajan a Chipre y confrontan a Barjesús, un hechicero y falso profeta, en la corte del procónsul romano Sergio Paulo. Pablo, lleno del Espíritu Santo, cegó a Barjesús, y este milagro derivó en la conversión de Sergio Paulo al cristianismo.

Los orígenes: lucha por la supervivencia dentro y fuera de la cancha

Esta ciudad es hogar del Pafos Football Club. Desde su escudo, constituye un caso particular, ya que se encuentra representado el rostro de… ¡un poeta!



Evagoras Pallikarides fue un militante activo de la EOKA (Organización Nacional de Combatientes Chipriotas, traducido al español), un movimiento de liberación grecochipriota que tenía como objetivo consumar la enosis, es decir, la anexión de Chipre a Grecia, en un contexto de dominación por parte del Imperio Británico. Fue ejecutado cuando solamente tenía 19 años lo que terminó por consagrarlo como héroe nacional. Siguiendo con el equipo, es producto de la fusión entre 2 clubes de la región: el AEK Kokulia, cuyo logro más destacado a lo largo de su historia fue el ascenso a la Primera División en la temporada 2012/13, y el AEP Paphos, también resultante de la fusión entre 2 equipos locales ante el deseo de los aficionados de tener un equipo más competitivo. El descenso en la temporada 2013/14 del AEP Paphos, junto con una mala situación financiera durante el año siguiente, resultó en su desaparición y en el nacimiento de nuestro protagonista el 10 de junio de 2014.

En su primera participación en Primera División, la edición 2015/16, el Pafos quedó en la posición 10 de 14. En Chipre, descienden 3 equipos: los que ocupen los lugares 13 y 14 de la clasificación de manera automática, y el que obtenga la menor cantidad de puntos en una especie de liguilla que disputan los del séptimo al doceavo puesto, con partidos de ida y vuelta entre todos. Desgraciadamente, al Pafos le tocó ocupar esta posición y jugar en la Segunda División al año siguiente. No obstante, así como se fue, volvió, y para la temporada 2017-18 ya estaba nuevamente entre los mejores 14 equipos del país.

El impulso español: la llegada de Juan Carlos Carcedo



A partir de entonces, ha tenido un ascenso meteórico, en especial desde la llegada del español Juan Carlos Carcedo como director técnico. Carcedo fue segundo entrenador del Almería, Valencia, Spartak de Moscú, Sevilla, París Saint-Germain y Arsenal, detrás de Unai Emery, quien le puede resultar familiar a más de uno, sobre todo por sus éxitos cosechados en el Sevilla, el Villarreal, y, más recientemente, en el Aston Villa. En el 2020, Juan Carlos decidió empezar a escribir su propia historia tomando las riendas del Ibiza, equipo que en ese entonces militaba en la tercera categoría del futbol español y con quienes consiguió el ascenso a Segunda. Tras malos resultados fue cesado y seguido por un breve paso en el histórico Real Zaragoza, Carcedo se aventuró a Chipre para la temporada 2023-24.

La hazaña: de Copa local a proeza europea

En su primer año, consiguió levantar el primer trofeo en la historia del Pafos, la Copa de Chipre. Esta le permitió al equipo participar en la Conference League la temporada siguiente. Entraron desde la segunda ronda previa de clasificación y consiguieron llegar hasta los octavos de final. Durante la fase de grupos, terminó en el lugar 12 de 36, por encima de equipos como el Betis, quien fue finalista del torneo, el Copenhague, participante recurrente en las últimas ediciones de la Champions, o el Panathinaikos, histórico club griego que llegó a una final de la misma en 1971. Además, vencieron a su homólogo de Chipre, el Omonia Nicosia, en la ronda preliminar de la fase eliminatoria. A nivel local, esa misma temporada el equipo logró una hazaña: se proclamó campeón de liga, por encima de equipos como el APOEL FC, el Omonia Nicosia y el Anorthosis Famagusta, los 3 equipos más ganadores de la competición (cuentan con 29, 21 y 13 títulos, respectivamente).



El camino a la Champions: eliminando gigantes

El ganar la liga le concedió acceso a disputar la vigente edición de la Champions League en sus rondas previas. Eliminaron al Maccabi Tel Aviv y al Dínamo de Kiev, equipos que solamente por tratarse de historia y tradición merecerían estar en la fase de grupos. En la última ronda, el rival fue el Estrella Roja de Belgrado, el club más laureado de Serbia y el único de la extinta Yugoslavia en ganar la Champions League y la Copa Intercontinental, la cual confiere el título de campeón del mundo a nivel de clubes. Tras una victoria chipriota por 1-2 en la ida, jugada en el emblemático “Pequeño Maracaná” de Belgrado, todo quedaba para definirse en la vuelta. Se jugó en el estadio Alphamega, cuya capacidad, casi 11,000 espectadores, no le permitiría albergar partidos de la Liga MX (el aforo mínimo permitido en los estadios mexicanos de Primera División es de 15,000, ¿cómo ven?).

La dinámica del partido fue la esperada: el Estrella Roja liderando los ataques, siendo el equipo en necesidad de conseguir un gol y el Pafos defendiendo ordenadamente, esperando alguna ocasión para salir al contragolpe y sentenciar la eliminatoria. El primer tiempo quedó a deber, ya que ninguno de los 2 asumió demasiados riesgos. Sin embargo, saliendo de los vestidores el Estrella Roja puso el pie en el acelerador. La entrada de Marko Arnautović, veterano delantero austriaco con una presencia física imponente, y Nemanja Radonjić, extremo con pasado en clubes como Benfica, Marsella o Torino, le dieron el envión que necesitaba al cuadro serbio, y en cuestión de pocos minutos, un pase que iba con dirección al propio Arnautović terminó siendo interceptado por el capitán Mirko Ivanić, quien sacó un disparo con dirección a portería que fue desviado por un zaguero del Pafos. Esto hizo que el balón se terminara colando en el ángulo superior izquierdo de la portería, dejando estéril cualquier esfuerzo del guardameta Neofytos Michael.



El momento anímico era de los balcánicos, pero el director técnico del Pafos, Carcedo, tuvo una respuesta rápida e introdujo 2 cambios. Uno de ellos fue el brasileño Jajá. Faltando 2 minutos para que terminaran los 90 minutos reglamentarios, el árbitro inglés Michael Oliver concede un tiro libre a favor del Pafos en los linderos del área. Pêpê, mediocampista con un buen trato de pelota, se dispone a cobrarlo. Las cámaras enfocan a los futbolistas del Estrella Roja. Víctimas del cansancio, parecen tener un breve momento de desconexión. Eso bastó. Jajá realiza un movimiento rápido de desmarque y Pêpê le pone un centro al primer palo. Se trata de una jugada prefabricada. Antes de conectar con el esférico, Jajá voltea de reojo hacia la portería. En una obra audaz, toca el balón con la parte interna de su pie derecho, dándole el efecto de una parábola. Matheus, portero del cuadro serbio, no puede hacer más que ir siguiendo con su mirada el movimiento que va describiendo la pelota, que después de tocar ligeramente el poste se introduce en la red. La euforia se desató en el estadio. El partido finalizó 1-1, pero con victoria de 3-2 en el marcador global para los chipriotas.

Once años de historia, un logro eterno

Así fue como el Pafos, un club con apenas 11 años de historia, y en una ciudad que apenas rebasa los 36 mil habitantes, logró clasificarse por primera vez a la fase de grupos de la Champions League. Entre sus jugadores destacan el capitán David Goldar, quien al menos en este partido demostró un manejo de los tiempos impecable al momento de interceptar balones y salir jugando desde atrás, el lateral Bruno Felipe y el extremo João Correia, ambos verticales y explosivos, y su delantero centro, Anderson Silva, que fue el responsable de las 2 ocasiones de gol más claras en el primer tiempo, incluido un remate de media tijera que pasó rozando el poste. A ellos los acompañará David Luiz. Si, el mismo David Luiz del Chelsea, PSG, Arsenal, entre otros equipos, quien con 38 años es su fichaje galáctico. El sorteo los emparejó, precisamente, con el Chelsea, además de Bayern Múnich, Villarreal, Juventus, Slavia Praga, Olympiacos, Mónaco, y Kairat Almaty (otro de los equipos debutantes en la competición). Cuando recuerdo aquella charla con mi amigo, no puedo evitar sonreír mientras me digo a mi mismo: el futbol no es una pérdida de tiempo, es el tiempo hecho historia.