De ambulante a líder de microempresarios; quiso ser doctor, llegó a optometrista

Creció en la calle, pero la calle no lo hizo suyo, a los 18 años inició sus estudios de primaria, fue vendedor ambulante, enfrentó al aparato del estado y ahora es Presidente del Consejo Micro Empresarial Veracruzano, A. C., Mateo Damián Figueroa, socialmente renació de las cenizas de la zona Mercados, luego del 31 de diciembre del 2002.

Nació en Veracruz hace treinta y nueve años, primogénito de su humilde familia, Mateo Damián Figueroa desde niño adquirió el compromiso de ser económicamente activo; así, deambuló por las calles de la ciudad ofertando desde chicles hasta relojes, bisutería, periódicos y también dio “bola”.

Como bolerito tenía sus “marchantes”, clientela fija en conocido café ubicado en la calle Rayón.

Al ser entrevistado dice tener dos madres, porque como vendedor ambulante fue acogido por Guillermina Ruíz Cruz.

Se hizo hombre bajo la advertencia: “las autoridades te pueden quitar la mercancía, si se te acercan, corre” porque esa era la regla impuesta por algunos líderes de aquel entonces, como Tomás Gatica, regla que garantizaba un coto de poder al tener en la zozobra a sus “protegidos” vendedores ambulantes.

Por esa situación a Mateo Damián Figueroa le nace la inquietud de ser defensor de sus compañeros, pero había que preparase, primero observando y tratado de entender el actuar de los líderes sociales cercanos.

Luego, ya adolescente entra a estudiar la primaria, en el sistema abierto: “quise ser doctor pero no lo logré, tengo ahora una licenciatura de optometría” nos comparte en la entrevista lograda en su casa, ubicada en el centro de la ciudad.

Al tiempo que estudiaba, Mateo Damián Figueroa logra cercanía con el PRI a través de la Confederación Nacional Obrero Popular (CNOP) donde coordinó diferentes grupos, siempre apoyado por la licenciada Dolores Fernández.

“Desempeñé varios cargos, soy creador de varias asociaciones, una de taxistas y tres de ambulantes, pero el PRI NUNCA me ha dado nada, porque nada he querido, mi servicio ha sido altruista, porque amo a Veracruz, porque considero que no debe haber injusticias”.

Al 31 de diciembre del 2002, con amplia representación social de su gremio, Mateo Damián es señalado por Irene Aragón (ahora ex lideresa de comerciantes no establecidos) de ser uno de los responsables del funesto incendio en la zona del mercado que enlutó a un número indeterminado de hogares.

Amparado, Damián Figueroa enfrenta el proceso legal, del que sale victorioso. Su mirada se pierde en el recuerdo al citar: “La errónea acusación y mi firme defensa del grupo de compañeros que no habían vendido cohetes (porque no todos lo hicieron) hace que el gobierno municipal lance una perruna persecución en mi contra y sobre personas como Andrés Temoxtle, que tampoco nada tuvo que ver con ese lamentable hecho; fui, lo digo con orgullo, el único líder que dio la cara…. los demás se escondieron“.

Luego del desgastante proceso legal, la familia Damián Figueroa, que no era nada rica, queda más abajo que la miseria: “es ahí donde pocos, pero verdaderos amigos me prestan un dinero que decido ya no invertir en la calle, sino establecerme en un negocio, con la venta de lentes para sol. No funcionó, ahora tengo la óptica, ubicada en Rayón 332, pero no es fácil, aún le busco para salir adelante”.

En ese espacio social, renacido del incendio político creado en su contra en diciembre del 2002, Mateo Damián aglutina ahora a más de ochenta microempresarios, que cuentan a través del Consejo Micro Empresarial Veracruzano A.C. con asesoría laboral, contable y financiera.

“Pedro Canaval Hermida, funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) fue persona clave para que yo lograra establecer mi negocio, porque nadie te enseña cómo comprar o vender, hay artículos que necesitan permiso de importación y uno no lo sabe, entonces aunque compres sobre factura, te falta algún documento legal y eso puede crearte un problema fiscal impagable”.

Para Mateo Damián las calles deben ser un espacio para quienes por infortunio no tienen manera de ser económicamente activos, pero solo temporalmente, porque hay que cultivar el espíritu de superación.

“Puede parecer comodino vivir del comercio ambulante, pero quienes sufrimos del sol en las calles, del frío, lluvia y acoso de parte de algunas autoridades sabemos que no es fácil, además siempre está presente la incertidumbre de que haya venta, recuerdo de niño haber escuchado a Gerardo Poo Ulibarri decir: “Como alcalde prefiero que prolifere el ambulantaje y no la delincuencia”, porque es cierto, cada vendedor ambulante necesita llevar comida a su casa.

A pregunta expresa sobre su opinión de las autoridades y la representación de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO), el entrevistado responde:

“Los tiempos han cambiado, la policía ya no corretea a los ambulantes, el Ayuntamiento al crear la Dirección de Comercio, hizo visibles a los vendedores ambulantes, pretende darles la atención buscando soluciones consensuadas, y la CANACO al ser propositivos con programas municipales es mi modelo a seguir”.

De sus pensamientos sobre sus detractores de aquel 2002, Mateo Damián afirma que no hay rencores, “todos cometemos errores, yo les deseo que les vaya bien, ahora ya estoy fuera de ese ámbito y tengo otro grupo de representados a quienes apoyar, en eso estoy“.

Agregó: “suena mal decirlo pero socialmente TODOS fuimos responsables de esa tragedia, pero moral y legalmente a las autoridades les toca cuidar la seguridad de los ciudadanos y, también hay que reconocer que, si se vendían cohetes era porque había compradores, era una tradición de los veracruzanos quemar cohetes la noche vieja y dar así la bienvenida al año nuevo”.

Sin duda, como lo hizo Mateo Damián, en forma organizada y ahora con la guía del Consejo Micro Empresarial Veracruzano, A.C. los vendedores ambulantes pueden lograr establecerse y mejorar su calidad de vida. ¿Acaso quieran….?