De fachadas y balcones floridos

Más de 600 plantas conforman el acervonatural deAmparito, creadora de estas azoteas verdes allá por los lavaderos de Ruíz Cortines. Su casa, montada en un cerro, tiene desniveles. Estrechos pasillos, escalones, rincones, todo espacio ocupable tiene macetas, macetitas y macetones. No discrimina y ocupa todo tipo de recipientes. Convida a los transeúntes la vista de sus numerosas y variadas plantas. Ella prefiere las que florean durante la mayor parte del año por encima de las que no dan flores. Cultiva con esmero las hierbas de olor, con ellas adereza los guisos: albahaca, acuyo, tomillo, orégano, epazote, jengibre, romero, ruda, chichicaste y espinosilla, estas cuatro últimas también para curar. También lucen chiles de ornato.

Amparito usa la albahaca y el jengibre para guisar calabacitas, chayotes, rajas de chile poblano, arroz y bistec con papas y nos recomienda el te de jengibre para el dolor de huesos. Entre las comestibles, no faltan el chile jalapeño, chile pasilla, ajo, chayotes y entre los frutales: guayabo, durazno, aguacate, mora, naranja, limón agrio y el árbol de algodón. Es sorprendente ver el algodón natural y blanquísimo salir del ya seco capullo.

“Dicen las personas que mis plantas florean mucho porque les hablo” expresa orgullosa Amparito al mostrar sus preferidas: geranios, capotes, symbidiums, rosas, glacinias y tuberosas que tiene en muchos colores. También la dama del sol, alcatraces y teresitas, copa de oro, gusano de oro, huele de noche y buganvillas, alstroemerias, claveles y perritos, camelias, vara de San José y cuna de Moisés, se encuentran en sus arriates, jardineras y recipientes diversos.

No faltan anturios, hortensias, alas de ángel, girasoles y “linda tarde” , toxpe, brisas, lirios y aves de paraíso, juanitas, “amor de un rato”, aretes, clavellinas y reinas; trébol de 4, 5 y 6 hojas, jazmines y orquídeas de diferentes variedades: torito, vaquita, mosquito, grillito, changuito, cerillito, flor de mayo, mosco, canelitas, canelón y otros...todos esperando a los biólogos, botánicos y demás especialistas para que den a conocer el nombre científico de estos jardines hechos y cuidados “con amor, que es lo que le doy a mis plantas” Y amor le da a su esposo con quien ha compartido los últimos 45 años de su fructífera vida y quien le ayuda a regar plantas y comparte su empeño y su sueño. Amor a la vegetación heredado de su madre y transmitido a sus hijas y nietos.

Con esta hermosa dama, conocí la “Dama de Noche” flor que se da en primavera y verano, hoy en noviembre, todavía tiene ocho capullos por abrir, ¡Insólito! (¿O cambio climático?)