Doña Rafaela Murillo Pérez Anfitriona, poetisa, promotora cultural. Originaria de Tlacotalpan, Ver. (1890-1970)
En magnífica letra manuscrita, simétrica, artística y en desuso el día de hoy -salvo algunas excepciones- leemos “A Jalapa” de Doña Falla la tlacotalpeña, la xalapeña, prototipo de la más alta expresión de hospitalidad veracruzana. Jalapa lo escribe así, con “J” de “Jamás podrás salir de mi corazón” como termina estos versos, parte de su legado poético que la pinta de cuerpo entero, de intelecto...y de espíritu.
Nacida en las postrimerías del siglo XIX en Tlacotalpan Veracruz, recibió la educación propia de la época, por lo que coser, bordar y cocinar fueron sus primeras herramientas para la vida, que más tarde le dejarían magníficos dividendos. La joven Rafaela sin duda abrevó el amor a las letras de su tía Josefa Murillo, destacada poetisa, su coterránea. Estudió teatro e inglés el que fue a aprender a Nueva York. Allí conoció a un rico empresario quien más tarde, por su intercesión, apoyó a Tlacotalpan en las recurrentes inundaciones que sufre esta ciudad, patrimonio de la humanidad.
Rafaela Murillo arribó a Xalapa muy joven, soltera y con grandes expectativas de vida, que alcanzó sin duda. Casó con el abogado, reconocido dibujante y cartógrafo Rafael Barbero Fontzeré con quien procreó tres hijos. Una década después adquirieron la casa de los Berros, de estilo mediterráneo italiano de mediados del siglo XIX. Al poco tiempo enviudó, después murió su primogénito y quedó con dos hijos: María del Carmen y Carlos Barbero Murillo.
La joven mujer trabajó intensamente y poco a poco compró terrenos aledaños a su casa y
los convirtió en parque, jardines y huertos de grandes proporciones, allí estableció su Casa de Huéspedes, cuna de buenas relaciones humanas y semillero de profesionistas que le dieronprestigio no sólo a ella y a su Posada, sino a Xalapa y a Veracruz.
Continuaremos con la vida de esta ejemplar mujer que da nombre a un premio especial en
nuestro Concurso de Fachadas y Balcones Floridos de Xalapa. Por hoy, sólo permítame desearle¡Feliz Navidad!
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