¡Feliz arribo a este nuevo año, nuevo tiempo, nuevo día!
Lo iniciamos transcribiendo histórica Carta de 1947: ¡SALUD!
JALAPA, LUGAR IDEAL PARA QUIEN BUSCA SOLAZ DESCANSO
Interesante carta de un turista complacido con la hospitalidad.
Hemos recibido una interesante carta, que es la expresión espontánea de un turista agradecido y complacido de las prodigalidades de nuestra hospitalaria Entidad, por lo que la publicamos a continuación, ya que contiene sinceros conceptos que debemos procurar sean los de todos los que nos visitan.
“Toluca, marzo 30 de 1947, señor Juan Malpica Silva, Director de El DICTAMEN, Veracruz, Ver.
Muy Señor mío, Acabo de regresar de una placentera jira turística de varias semanas que efectué por varias partes de su acogedora entidad y pecaría yo de ingrato si dejara de pasar más días sin expresar mi satisfacción y agradecimiento por los bellísimos pueblos que conocí en mi dicho viaje, cuanto por la hospitalidad y las atenciones que recibí de los habitantes de esos lugares de ensueño.
Señor Malpica, estuve en su bella tierra, la singular Perla del Papaloapan, que es una tacita de plata visité también el pintoresco Puerto de Alvarado y admiré el carácter de sus habitantes, franco y noble; pasé por Fortín y por Córdoba, la de los 30 Caballeros; gocé de los panoramas de Orizaba, la de las aguas alegres; me deleité en las salobres aguas de los balnearios de la jarochísima Veracruz. En fin, mi querido amigo, he vuelto del Paraíso.
Pero donde verdaderamente pasé días de paz, sosiego y descanso, fue en la colonial Ciudad de las Flores, la folklórica Jalapa. Estuve hospedado en un rinconcito de ensueño, en la primorosa quinta de la gentilísima doña Falla Murillo de Barbero, en uso de esos comodísimos bungalows que ha construido en su huerto jardín para que sus huéspedes se sientan en su propia casa. Allí, entre gardenias, geranios, claveles, rosas, amapolas, en fin, toda la rica y fragante flora de ese bello clima que es templado y tropical a la vez, los huéspedes de Fallita no se sienten huéspedes sino una sola familia gozando aquel ambiente cordial, donde la patrona, que no lo es, sino madre y hermana a la par, se multiplica en atenciones y en afecto. En esas casitas que parecen de cuentos de hadas, se siente uno en su casa; pero sin ruidos molestos, envueltos los nervios en seda y gasa, y solo se da uno cuenta de que se halla en la casa de huéspedes cuando va uno a comer o cuando por las noches se hace tertulia, pero qué comidas don Juan, y qué tertulias: ricas aquellas y alegres estas. Exquisitez, cordialidad, buen gusto, todo lo halla uno en casa de Falla Murillo de Barbero, y todo ello por los precios más bajos que pueda Ud. Imaginarse, señor Malpica.
Quiero aprovechar, pues, el digno conducto de su prestigiado EL DICTÁMEN, que es el órgano de opinión de esa entidad, para enviar mi gratitud a la señora Murillo de Barbero y a las demás personas que nos hicieron a mi familia y a mí objeto de todas atenciones durante nuestra encantadora jira. A usted también las gracias más sinceras y mis votos por su felicidad personal y la prosperidad de su diario.
Julián Bastida Flores (Transcripción de nota publicada en el diario “EL DICTÁMEN”, Veracruz, Abril de 1947)