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Sobre la cadena perpetua

De nada sirven penas más severas mientras haya impunidad: Magistrado

- Las altas penas sirven para desincentivar a la delincuencia, si se captura a delincuentes - Y se debe evitar que desde las cárceles sigan delinquiendo

Guadalupe L?pez Espinosa Xalapa, Ver. 12/08/2008

alcalorpolitico.com

El magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Gregorio Valerio Gómez, consideró hoy con respecto a la cadena perpetua que se pretende imponer a los secuestradores en Veracruz, que de nada serviría establecer penas más severas mientras haya impunidad y no se persiga realmente ni se aprehenda a los delincuentes y en tanto estos, de ser detenidos, sigan delinquiendo desde la cárcel.

Entrevistado sobre ese tema, el magistrado de la tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, mencionó que las altas penas, las trascendentes, sirven para desincentivar a la delincuencia y eso es muy importante.

Agregó que aquí ya tenemos penas muy severas de hasta 70 años de prisión, de manera que si un delincuente que tenga 18 años de edad se le sentencia con esa penalidad, para cuando cumpla la condena habrá de tener 88 años y ya no sería probable que siguiera delinquiendo.

“El gran problema es que en las cárceles también tenemos delincuentes que siguen delinquiendo desde adentro”, puntualizó.

Reiteró que el que las penas sean más severas, busca desincentivar a la delincuencia pero también será importante que se procurara, adicionalmente, hacer efectivas las persecuciones y las detenciones de los delincuentes y también que se haga efectiva la sanción, “porque de nada serviría que tengamos penas severas si no se les aprehende y si aprehendidos estos no se pone especial cuidado en el aparato de procuración y de impartición de justicia para sancionarlos debidamente”.

Entonces, dijo, “sí a las altas sanciones, pero también debe de verse y procurar que en esos ámbitos del sistema penitenciario, se trate de buscar alternativas para evitar que siga sucediendo que desde dentro de las cárceles sigan delinquiendo”.

- En concreto, ¿de nada serviría tener penas más severas mientras haya impunidad?

- Exacto, lo que yo quiero decir es que haya penas más severas, pero que también se procure desde los ámbitos diversos, desde la procuración de justicia que implica que las policías correspondientes, procuren aprehender a los delincuentes, porque estaba viendo unos datos verdaderamente catastróficos de que se lleva a cabo el cumplimiento de órdenes de aprehensión en un 7 por ciento, lo que significa que el 93 por ciento no son oficiados porque no se llevan a la investigación correspondiente ministerial y como consecuencia tampoco se consignan a los juzgados.

- En esos últimos, indicó, muchas veces se lanzan las órdenes de aprehensión y hasta ahí queda porque nunca se captura a los delincuentes y además son delincuentes recurrentes, o sea que ya han tenido participación en múltiples delitos.

Acerca de las opiniones que dicen que castigar con cadena perpetua a los secuestradores implica un gasto para el Estado, Gregorio Valerio manifestó que esa es la otra gran problemática.

“Si tenemos dentro de unas paredes a una población muy numerosa de internos que no está haciendo nada, definitivamente creo que ni se está procurando la readaptación y, además, tenemos un consumo fuerte que va precisamente hacia los contribuyentes”.

Por eso, dijo, quienes hablan de que los reos tienen que trabajar tienen un acierto, porque hay que tratar de buscar alternativas para que la gente que está adentro, se ponga a producir.

Consideró que el hecho de buscar que dentro de los reclusorios se establezcan sistemas de trabajo comunitario, no implica que se les esté afectando en sus derechos humanos y, además, no se trata de tenerlos a látigo a las personas o de volver a los trabajos forzados, se trata de buscarles un trabajo que puedan realizar en las limitaciones que hay.

Mencionó que hay que buscar alternativas para que esa gente también se distraiga en una cuestión productiva y obtenga recursos para él y para sostener a su familia y no esté pensando, dentro de esas escuelas del crimen que son las cárceles, en seguir delinquiendo.

Por eso, puntualizó, debe de sopesarse qué es lo que más conviene.