Los jóvenes de Xalapa reclutados por delincuentes que antes formaban parte de un grupo delictivo, son los que están cometiendo los delitos en las calles, pues son puestos a prueba para poder formar parte de la nueva pandilla, comentó el subsecretario de Operaciones de la Secretaría de Seguridad Pública en el Estado, Federico Rivas Valdés, quien señaló que en ocasiones no pueden detenerlos porque sus vecinos y familiares no los delatan, sino que los protegen.
Estos jóvenes llegan a cometer ilícitos como el robo a transeúntes, asalto a personas afuera de los cajeros, cristalazos de vehículos; incluso son los que se reúnen en las esquinas a fumar y a tomar, porque al no tener un trabajo son fácil de influenciar por los verdaderos delincuentes, quienes les llenan la cabeza de promesas relacionadas con dinero y los enrolan en ese ambiente.
"Con armas blancas, con navajas y con botellas los mandan a tiendas de conveniencia, eso es como su bautizo, van y roban un OXXO y roban botellas de alcohol y cigarros generalmente y algún poco dinero en efectivo, después ya se animan a robar a la joven que sale de la escuela o del trabajo y así van escalando".
Poco a poco a esos jóvenes se les ve la transformación de pandilleros a verdaderos delincuentes por su forma de ser y de vestir, aseguró el funcionario estatal, ya que generalmente estos menores de edad -que viven en colonias marginadas- visten con una playera, una gorra o una prenda con color para identificar que ellos son de determinado barrio. Incluso una vez que comienzan a delinquir, se empiezan a comprar cosas caras, como celulares que antes no podían adquirir.
Lamentablemente estos jóvenes, comenta, provienen de hogares disfuncionales, donde sus padres no les ponen atención y no los vigilan para que no fumen, tomen o se droguen, en ocasiones no es por desinterés, sino porque ambos trabajan todo el día y no tienen el tiempo para atender a sus hijos.
Esa situación complica el entorno y los jóvenes deciden envolverse en grupos delictivos, pues la falta de valores que se deben inculcar desde el seno familiar, los orillan a buscar malas compañías.
Ante ello, con la estrategia “policías de proximidad”, se acude a las colonias a dialogar con los vecinos para atender sus necesidades de seguridad, a través de reuniones donde los inconformes dan a conocer las problemáticas de la colonia, robos o asaltos que se presentan.
“Todos los miércoles, en municipios como Córdoba, Orizaba, Xalapa, Coatzacoalcos, Minatitlán, Veracruz y Poza Rica, autoridades de Seguridad Pública se reúnen con ciudadanos, taxistas, jefes de manzana, asociaciones de padres de familia, así como grupos sociales para escuchar y atender sus problemáticas”.
Sin embargo, el verdadero problema para resolver estas situaciones lo encuentran con los padres, pues en ocasiones los vecinos tienen identificados a los jóvenes que cometen los delitos en la zona, pero los protegen pues se trata de su propia familia.
“Cuando nosotros acudimos a atender una emergencia o recibimos información de que en tal esquina se ponen a fumar mariguana y vamos, los vecinos no quieren decir nada porque son miembros de su familia; desgraciadamente así es, quienes se meten a las casas cuando alguien se va de vacaciones, suelen ser no miembros de la delincuencia organizada, sino de la delincuencia común, es el hijo mariguano de la vecina”.
Aún así, se realiza un rol de todas las colonias populares y de mayor incidencia delictiva para llevar a cabo rondines y visitas de uniformados a pie.
Incluso para brindar confianza a las personas, se han conformado grupos de chat con vecinos, empresarios, comerciantes para que les informen de forma inmediata cualquier incidencia, anomalía o asunto sospechoso en la colonia.
“Nadie tiene el arraigo o la camiseta tan puesta como los policías que aquí vivimos y que nos interesa nuestro Estado, no tenemos un ápice de cobardía o de omisión o de falta de ganas, vamos a estar donde los ciudadanos nos requieran”.
No obstante, se requiere que las llamadas de auxilio que recibe el C4 sean reales, no de broma, pues el 80 por ciento son falsas. De 10 llamadas que hacen al 066, casi 7 u 8 son bromas “y lamentablemente ni siquiera las hacen ahora los niños, sino adultos”, finalizó.