Denuncia mujer tortuguismo del MP de Omealca, por caso de desalojo.

Ante el tortuguismo por parte del Ministerio Público para atender sus denuncias por el desalojo de su vivienda del que fue objeto, Zoila Itehua Rico, dijo que acudirá a la Subprocuraduría de Justicia, para hablar con su titular y pedir justicia para que sus hijos regresen a su casa.

En entrevista, explicó que después del desalojo del que fue objeto por parte de su exesposo, Pedro Palacios Verdejo, quien con una supuesta orden de desalojo que nunca le presentaron; la desalojaron al amanecer del pasado 25 de abril, que por cierto, en el saqueo, se perdieron varios objetos de valor; hoy el agente del ministerio público de Omealca, se niega a recibirle la denuncia por saqueo de caña de las cuatro hectáreas, que es de donde ha peleado el 70 por ciento para el sustento de sus hijos.

Detalló que este problema con su exesposo empezó en el año 2007, cuando se separó, dejando a sus cinco hijos menores de edad y desde esa fecha, se ha negado a dar lo que por Ley le corresponde; y ante eso, promovió un juicio ante el Tribunal Unitario Agrario, en el que desgraciadamente lo perdió gracias a la ayuda del comisariado ejidal, Odón Morán Domínguez, quien sin llevar a cabo una asamblea ejidal, le ha firmado documentos “falsos” a favor de su excónyuge, Pedro Palacios; donde por cierto, afirmó que tienen parentesco.

Anota que esta situación, perder un juicio “amañado”, ser desalojada de forma injusta, porque le fueron arrumbar sus pertenencias –muebles de cedro-, en la casa de su madre, donde apenas cabe ella, quedaron afuera, a la intemperie, por la ambición de Pedro Palacios, que la desalojó para quedarse con una parcela, que por derecho le pertenece a sus hijos; que en este momento todavía le quedan dos; un niño de 11 años, una pequeña de 7 años y una jovencita de 19 años que estudia la universidad y que requiere de su apoyo para continuar estudiando.

Lo peor de todo, anotó, es que desde que fueron desalojados por la fuerza pública, la casa de madera que era utilizada como cocina, ya fue destruida y ahora, la casa que ellos habitaban, la disfruta la tía de Pedro Palacios; mientras que sus hijos, duermen arrimados y en el suelo.