Derechos de niñez y adolescencia en México, mermados por pandemia

La evidencia demuestra que el COVID-19 está mermando seriamente el derecho a la salud, la educación, igualdad y protección de niñas, niños y adolescentes en nuestro país, sin olvidar los contagios y muertes ocurridos, así lo afirmó el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, Christian Skoog.

Durante su participación en Reimaginemos: Foro de la Niñez y adolescencia en México, organizado UNICEF, el Colegio de México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Iberoamericana, señaló que, en un año en el que la calidad de la escolaridad ha dependido en gran medida de la tecnología, solo 2 de cada 5 hogares reportaron tener conexión fija a internet, y la encuesta ENCOVID-19 Infancia muestra que en nuestro país casi un 40 por ciento de los niños de 0 a 3 años no fueron vacunados durante la contingencia.

Además, los ingresos familiares disminuyeron en más de un 30 por ciento en hogares con niñas, niños y adolescentes y más del 20 por ciento de esos hogares reportaron carecer de seguridad alimentaria y, aunque las raciones alimentarias escolares se siguieron entregando en algunos hogares, la reducción del ingreso familiar hace muy probable que estén siendo compartidas entre la familia, expuso.



El representante del organismo internacional explicó que actualmente se está incumpliendo en muchos casos el derecho a la educación. El cierre prolongado de las escuelas en México afectó y sigue afectando el desarrollo de niñas, niños y adolescentes.

“Para los niños más pequeños el cierre de los espacios físicos destinados a la educación inicial y preescolar está restringiendo su desarrollo cognitivo durante una etapa crucial de sus vidas; el uso excesivo de pantallas para fines educacionales está dificultando la actividad física, fomentando el sedentarismo, aumentando el riesgo de sobrepeso y obesidad y causando sueño irregular, irritabilidad, ansiedad y falta de concentración, y los adolescentes en particular están viendo seriamente afectadas sus interacciones interpersonales en una etapa clave para el desarrollo de la independencia y socialización”.

Skoog indicó que los rezagos en el aprendizaje, existentes ya antes de la pandemia, se están agudizando, especialmente cuando el acceso a la educación a distancia es parcial o nulo, como ocurre en comunidades socialmente marginadas. Finalmente, los riesgos de que exista abandono escolar o de que los menores sufran violencia aumentan cada día que permanecen cerradas las escuelas, por ello es urgente que se reabran en todo el país.



“Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las escuelas deben de ser los últimos lugares en cerrar durante una contingencia como la que vivimos y deben de ser los primeros en reabrir, pero en México, al igual que en la mayor parte de América Latina, se ha optado por lo contrario y urge reiniciar la educación presencial en todos los estados de la República, de manera escalonada y tomando todas las medidas posibles para prevenir el contagio, como se está haciendo con los otros servicios y espacios”, concluyó.