El sonido característico de la marimba chiapaneca resonó en Coatzacoalcos con la llegada de un grupo de 23 peregrinos provenientes de Pantelhó, Chiapas, quienes recorren el país con una antorcha guadalupana y una tradición musical que distingue su fe.
Los integrantes del motoclub religioso “Hijos de María” viajaron desde San Cristóbal de las Casas, ciudad donde actualmente radican debido a problemas sociales en su comunidad de origen. Su peregrinación familiar, que ya suma más de una década, evolucionó hace un año al portar la antorcha en motocicletas rumbo a la Basílica de Guadalupe.
Aunque su paso tiene un sentido espiritual, es la música lo que los identifica y conecta con la gente. Cargan consigo una marimba, símbolo de su cultura y orgullo de Chiapas, con la que interpretan “Las Mañanitas”, “Buenos Días Paloma Blanca”, “Paloma Blanca” y otras alabanzas en cada punto de descanso. “La marimba es parte de nuestra vida y de la familia. En todos los rincones de Chiapas se encuentra este instrumento y quisimos traerlo para festejar a la Virgen”, compartieron.
A su llegada a Coatzacoalcos, alrededor de las 14:00 horas, fueron recibidos por familias que les brindaron alimento y alojamiento. Con gratitud, respondieron como mejor saben hacerlo, tocando para los peregrinos y vecinos que se acercaron a escucharlos. Además de la música, el grupo realiza danzas y zapateados típicos del Estado, llevando consigo una expresión cultural que convierte su peregrinación en una fiesta itinerante.
Ocho motociclistas portan la antorcha guadalupana y el resto del grupo acompaña como copilotos o vehículos de apoyo. Sin embargo, la marimba —cargada, afinada y ejecutada en cada escala— es la que convierte su paso en un encuentro festivo y emotivo. “Nos han tratado muy bien aquí. Nos dejaron tocar y compartir con todos los peregrinos”, expresaron antes de seguir su ruta hacia el sur, llevando consigo el sonido cálido que distingue la identidad chiapaneca y su devoción guadalupana.