El Glaciar Jamapa, en el Pico de Orizaba, sigue retrocediendo a un ritmo preocupante. La pérdida de hielo no sólo es evidente para los científicos, sino también para las comunidades que lo rodean.
Su desaparición ya no es una posibilidad lejana, sino un escenario cada vez más cercano, admitió Víctor Soto, glaciólogo y experto en criósfera de alta montaña. Explicó que la tendencia observada en años anteriores se mantiene.
El año pasado que publicamos los últimos datos, documentamos que el aceleramiento del retroceso glaciar es cada vez mayor y este año hemos notado datos de que la tendencia sigue igual, dijo.
Aclaró que aún no se cuenta con cifras definitivas para este año, pues se necesitan más observaciones satelitales y mediciones de temperatura. Sin embargo, Soto subrayó que los indicios actuales confirman que la situación no ha mejorado.
Uno de los aspectos más alarmantes es que la desaparición del glaciar ya no requiere de equipos especializados para ser notoria.
“Esta gente observa que cada vez el glaciar se ve más pequeño, no necesita ser experto para notarlo”, añadió.
Sobre las versiones que vinculan el deshielo con actividad volcánica, Soto recordó que aunque el Pico de Orizaba es un volcán activo en reposo, no hay señales actuales de erupción. Sin embargo, no descartó que el calor geotérmico del volcán esté contribuyendo al derretimiento desde la base del Glaciar.