Don Octavio lleva 43 años elaborando máscaras de madera para el Carnaval de Coyolillo

"Usar una máscara es transformarse, la persona se transforma en un animal, en un venado, en un chivo, en un diablo. Las máscaras cubren la identidad de la persona", expresó el artesano Octavio López Zaragoza originario de la localidad de Coyolillo.

Don Octavio lleva 43 años elaborando las máscaras de madera que han de usarse en el tradicional Carnaval que distingue al pueblo afromestizo.

"Estoy cumpliendo 43 años haciendo máscaras de madera, empecé muy chico a los nueve años, lo heredé de mi. Ya tengo una trayectoria muy larga", relata.



Al mismo tiempo que platica que realiza talleres dirigidos a los niños y jóvenes para que la tradición no se pierda y continúe por siempre.

Explicó que hacer una máscara lleva unos tres meses, pues es todo un proceso, se inicia con el secado de la madera, el tallado y la pintura que es un verdadero arte.

Las máscaras cuestan desde 200 pesos hasta los dos mil pesos, se encuentran de distintos personajes entre ellos venados, chivos, diablos, toros, además de miniaturas en llaveros.



Informó que trabaja con la Universidad Veracruzana en un libro que contendrá la historia de Coyolillo y será publicado en un lapso de seis meses aproximadamente.

"Tenemos un libro, con apoyo de la UV y las maestras que me apoyan, se tiene contemplado que salga en seis meses, es la historia de Coyolillo, es muy larga por lo que será en dos tomos", precisó.