De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la transfusión sanguínea es un derecho humano porque salva vidas y mejora la salud, lamentablemente muchos pacientes que la necesitan no tienen acceso oportuno.
Entre 2008 y 2018, la OMS notificó un aumento de 10.7 millones en las unidades de sangre otorgadas por donantes voluntarios no remunerados. En total, en 79 países los donantes aportaron más de 90 por ciento de su suministro de sangre; sin embargo, en 54 países más de 50 por ciento procede de familiares, allegados o donantes remunerados.
Ante ello, la organización internacional sostiene que suministrar sangre segura y adecuada debería ser parte integrante de las políticas e infraestructuras nacionales de atención de la salud de todos los países.
Al respecto, Manuel Saiz Calderón Gómez, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (UV), región Veracruz, comentó que es necesario trabajar en la difusión sobre la importancia de la donación, dado que no es posible fabricar sangre humana de manera artificial.
México, advirtió, ocupa el último lugar de donaciones voluntarias en Latinoamérica con una tasa de 5.19 por ciento, de ahí la relevancia de hacer campañas de concientización de la población en el tema.
“Cuando una persona presenta bajos niveles de alguno de los componentes sanguíneos ya sea por una enfermedad crónica o urgencia médica, su salud se ve comprometida y a menudo requiere transfusiones. Existen sustitutos que ayudan a mantener su volumen y consistencia, pero no hay suplentes de componentes celulares y plasmáticos, por lo que en ocasiones es indispensable la transfusión, como es el caso de personas con anemia o enfermas de cáncer que reciben quimioterapia”.
Algunas indicaciones que deben seguir las personas que deseen donar sangre de manera altruista