Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

Las palabras de la ley

El aprendizaje del derecho penal

Salvador Martínez y Martínez Xalapa, Ver. 23/07/2025

alcalorpolitico.com

¡Estoy a favor de un modelo educativo centrado en el aprendizaje! El autor de estas líneas fue invitado a dictar una conferencia en el año 2008. El tema que le dio contenido a la exposición fue el aprendizaje del derecho penal. En este escrito se rememora aquella conferencia. No para repasarla, sino para repensarla...

El texto de hoy trata de la superación de dificultades en la docencia. La faena se efectuó sin ser un profesional de la pedagogía, sino un experimentado profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (México).

El hilo conductor de la trayectoria docente se resumió en la convicción de que, hoy en día y en la praxis de la educación jurídica, el profesor debe acentuar la idea y la necesidad de conducir al alumno a reinventar la ciencia del derecho penal por su cuenta.



Se decidió, sin embargo, arriesgar esa creencia transformándola en una hipótesis de trabajo, ya que como simple convicción se puede estar o no de acuerdo con ella. En cambio, la hipótesis es una explicación de las cosas entre muchas posibles. La formulación de una hipótesis implica suspender el juicio en el estado de duda. Aun cuando el adagio popular reza: “Mata más la duda que el desengaño”.

En consecuencia, dentro de este acto, se suspende el juicio sobre aquella proposición, según la cual, un modelo centrado en el aprendizaje es aquel que pretende desarrollar la independencia del alumno en el nivel del pensamiento y de la adquisición de los conocimientos, pues, se considera que la libertad del estudiante puede y debe encontrar un justo equilibrio con la disciplina científica que se trate.

La propuesta es para el presente histórico que no es un presente cualquiera. El tiempo desplegado en sus tres instancias fundamentales, se resume en el presente, único momento desde donde, obviamente, podemos contemplar los hechos históricos, porque es el único que existe. Usualmente, la voz “presente” significa lo que se dice del tiempo en que está alguien cuando se refiere a algo. Pero, esta vez le asignamos a la palabra un significado más amplio para señalar una plataforma temporal, aquello a lo que nos referimos cuando hablamos de “nuestra época” o de “nuestro tiempo”.



Se quiso indicar que se vive una época en la que el principal talante de los modelos educativos es el del esnob. El profesor esnob es una persona que imita con afectación las maneras, opiniones y actitudes de aquellos a quienes considera distinguidos o de moda (Samuel Ramos). El profesor esnob pretende saber y enseñar todo, y desde luego, cualquier cosa y su contrario, la tesis y la antítesis. Él representa la contradicción del pensar con rigor y es absurdamente conservador del orden establecido. Reduce su papel al de un <>.

Se considera que el escrito de hoy es una producción de la Facultad de Derecho en Universidad Veracruzana. El Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave es una entidad de la Federación mexicana. Por lo tanto, puedo decir que el escrito literalmente contiene una visión de la educación aldeana o provincial en contraste con la visión global que exige el mundo contemporáneo, pero que, en esta ocasión, encara una de las principales críticas de los modelos centrados en el aprendizaje, aquella que se dirige a los profesores y a sus clases.

Mis años de aprendizaje”, versión castellana de un libro de Hans-Georg Gadamer, fue una lectura que tuvo el efecto de frenar el entusiasmo por quitarle importancia a la relación entre el alumno y el profesor. El testimonio de este pensador contiene implícitamente una poderosa llamada de atención sobre el acento que no se debe borrar de la enseñanza y el énfasis que se debe poner al aprendizaje. Por esa lectura se comprendió que aprendizaje es un proceso creativo, y se rige por leyes muy distintas de las que encauzan los procesos productivos.



En realidad, si bien es cierto que un descubrimiento se hace ordinariamente por inducción (o análisis) y la enseñanza por deducción (o síntesis), el estudiante y el maestro deberán, sin embargo, emplear ambos procedimientos. Enseñar una ciencia es, en un sentido, llevar al alumno a reinventarla por su cuenta. Y del mismo modo, inventar es, con frecuencia, inferir de una verdad general consecuencias no vistas antes. Pero, esta realidad está hoy obnubilada por la romántica idea de que, si se deja en paz al estudiante, podrá desarrollarse por sí mismo y llegará a ser una persona más creativa que si está sujeto a una formación supervisada. Pero, en el principio está la creatividad...

Es decir, este escrito forma parte de una meditación sobre la antigua interrogante: ¿Cómo aprender? La respuesta es una verdad difícilmente accesible. En realidad, el tema que se quiso abordar es relativo a los modelos educativos centrados en el aprendizaje, pero, el objetivo principal del texto es comunicar algunas observaciones sobre la definición del problema de tales modelos, el cual no es dilemático: o enseñanza o aprendizaje; sino que, a partir de la creatividad, se transforma en un interesante contraste entre una y otro, entre la enseñanza y el aprendizaje.

La actualización del tema es complicada. Dicho de modo esquemático, se alcanzan a distinguir tres enfoques atendiendo al modo de aplicación de los sistemas educativos, a saber: “...los que centran el aprendizaje en variables más relacionadas con el propio sujeto que aprende; los que ponen como motor de aprendizaje el contexto donde se desenvuelve el alumno; y, por último, aquellas otras posiciones más equilibradas y que tienen un carácter interactivo.” (Luis Álvarez, Enrique Soler y otros).



No obstante, la presentación que se pone a la consideración del lector es simple, pues solamente opone el modelo tradicional a los modelos nuevos o alternativos. Se entiende que los modelos educativos son visiones sintéticas de teorías o enfoques pedagógicos que orientan a los especialistas y a los profesores en la elaboración y análisis de los programas de estudios. El esquema del modelo tradicional es sencillo, en el destacan cuatro elementos: el maestro, el método, el alumno y la información (Héctor Fix Zamudio).

El profesor es el elemento principal en este modelo, ya que tiene un papel activo: ejerce su elocuencia durante la exposición de clase, maneja numerosos datos, fechas y nombres de los distintos temas, y utiliza el pizarrón de manera constante. El método que se utiliza cotidianamente es la clase tipo conferencia, copiosos apuntes, la memorización y la resolución de los cuestionarios que presentan los libros de texto.

En este modelo educativo el alumno no desempeña una función importante, su papel es más bien receptivo, es decir, es tratado como objeto del aprendizaje y no se le da la oportunidad de convertirse en sujeto del mismo. Los contenidos se presentan como temas, sin acotar la extensión ni la profundidad con la que deben enseñarse. De esta manera, algunos profesores desarrollan más unos temas que otros creando, por ende, distintos niveles de aprendizaje en grupos de un mismo nivel escolar.



El modelo tradicional muestra escasa influencia de los avances científico-tecnológicos en la educación y, en consecuencia, refleja un momento histórico de desarrollo social. A pesar de sus limitaciones, este modelo se tomó como base pedagógica para formar diversas generaciones de profesores y de alumnos. Como bien escribía una amiga de Coatepec, éste es el momento de ir “Rompiendo arcaicos moldes”.

[email protected]