¿Alguna vez te has encontrado con una estructura que parece una pequeña mesa inclinada y la has usado para escribir, solo para quejarte de lo incómoda y baja que es? Es probable que hayas interactuado con un banco isquiático, un diseño pensado específicamente para personas con movilidad limitada, no para servir como escritorio improvisado.
Este peculiar asiento, diseñado para ofrecer descanso y facilitar la reincorporación sin esfuerzos excesivos, es ideal para personas mayores, mujeres embarazadas, personas con discapacidades o problemas lumbares. Su diseño inclinado mejora la postura y la alineación de la columna vertebral, diferenciándolo de los asientos tradicionales.
Su inclusión en normas urbanas
El banco isquiático fue mencionado en el Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-001-SEDATU-2020 bajo el apartado 6.3.26, donde se reconoció como un elemento útil para espacios públicos y paradas de transporte. Este documento, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de diciembre de 2020, lo describía así: “Parada de transporte público.- Área de espera y resguardo ante el clima para las y los usuarios del sistema de transporte público. Puede contar con una banca o con apoyos isquiáticos, es decir, aquellos que permiten recargar la parte trasera de las personas y espacio para personas en silla de ruedas.”
Sin embargo, cuando la norma evolucionó a la NOM-001-SEDATU-2021, publicada el 22 de enero de 2022, este mobiliario fue eliminado. El nuevo texto modificó la descripción de las paradas de transporte público, dejando fuera los bancos isquiáticos: “Parada de transporte público.- Espacio destinado al ascenso y descenso de personas al transporte público de pasajeros. Su posición debe estar indicada a través de señalización horizontal y vertical, así como preferentemente contar con un cobertizo para proporcionar un resguardo a los usuarios.”
Un recurso olvidado en el diseño inclusivo
Aunque ya no forma parte de la norma oficial, el banco isquiático sigue siendo reconocido en documentos como el Manual de Normas Técnicas de Accesibilidad de la Ciudad de México (2016), donde se sugiere su instalación en áreas de transferencia de transporte. Su nombre proviene del hueso isquión, ubicado en la pelvis, que soporta gran parte del peso del cuerpo al sentarse. En algunas ciudades, como en ciertas sucursales bancarias, se han adoptado bancos isquiáticos para mejorar la accesibilidad y el confort de los usuarios. Pero su exclusión de las normas oficiales plantea preguntas sobre las prioridades en el diseño de espacios públicos accesibles.
Un mobiliario que merece reconsideración. El banco isquiático no solo cumple con criterios de ergonomía, sino que también es un símbolo de inclusión y respeto hacia quienes enfrentan desafíos de movilidad. Recuperar su lugar en las normas podría marcar la diferencia en la calidad de vida de muchas personas.