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Sección: Estado de Veracruz

El relevo en el IVEC definirá el perfil cultural del “duartismo”

Sabino Cruz V. Xalapa, Ver. 06/02/2012

alcalorpolitico.com

A raíz de que se filtró la renuncia del antropólogo, Félix Báez Jorge, a la Dirección General del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), por distintos medios se menciona o propone una lista de “prohombres y promujeres” que por contar con los méritos suficientes, pueden establecer las directrices para el desarrollo de las sensibilidades, la formación del gusto, la salvaguarda de los bienes patrimoniales, la protección y estímulo a los signos populares y/o indígenas, el fomento e impulso a las artes, la capacitación y adiestramiento de maestros y promotores; así como la formación de cuadros básicos para la adecuada multiplicación y difusión de nuestros valores.

Sergio González Levet, en su columna “Sin Tacto”, repasa los nombres de aquellos que a su juicio tienen posibilidad de ocupar la silla vacante. Estos van desde ex funcionarios de la Universidad Veracruzana; directores de centro cultural, periódico cultural, departamento cinematográfico o de escena; cuentista; promotor cultural; escritor y poeta; más el tapado cercano a “quien manda en Veracruz”.

A todos indiscutiblemente les respalda una sólida trayectoria en sus especialidades, así como una experiencia ganada en los avatares de la burocracia cultural. Cada uno desde sus trincheras son contribuyentes al reconocimiento nacional e internacional de que goza el estado.

El perfil de en quién recaerá la responsabilidad de administrar el proyecto cultural del “duartismo”, creo que además de la legitimación que deba tener dentro del sector de las artes, la sensibilidad para interpretar y atender no sólo las necesidades del campo sino el carácter para defender el respeto a sus derechos, la dignificación del oficio, bueno sería que saliera de las propias filas.

Un hombre o mujer con una trayectoria probada en los escenarios, pues sabrá que se forma el gusto no sólo con funciones o conciertos, presentaciones de libros o exposiciones, sino con programas académicos que capaciten a los nuevos espectadores. Un(a) académico(a) artista egresado en las aulas universitarias, que entienda la función social de la educación, la investigación y la ejecución/interpretación.

Que tenga en la salvaguarda de los bienes patrimoniales, herencia de los abuelos mesoamericanos, europeos y africanos la praxis política cultural para enfrenar la globalización; que vea en la cultura popular mestiza e indígena los pilares que sostengan la cultura de la pos modernidad; pero principalmente, que crea que la fortaleza del ser veracruzano está en la conservación y socialización de los saberes.

Quien ocupe la silla vacía deberá, además, ser hábil en el diseño de proyectos enfocados a resultados, la procuración de fondos, el cabildeo; que tenga en el consenso, la negociación, la tolerancia y el respeto a la diversidad su línea de acción; que vea en las tradiciones y costumbres veracruzanas el soporte de la innovación y la vanguardia; pero más aún, que haga de la cultura un Derecho de Primer Nivel para todos.

De la doctora Ida Rodríguez Prampolini al antropólogo Félix Báez Jorge, media entre ellos intelectuales y políticos, investigadores y escritores. Cada cual con su estilo propio de administrar permitieron que el Instituto siguiera siendo la entidad rectora del arte y la cultura de Veracruz. Luces y sombras, aciertos y errores, avances y retrocesos es el balance de su gestión. Quién más, quién menos hizo del capital cultural punto de convergencia de la identidad y orgullo de pertenencia de los veracruzanos.

Hoy, que el nombre de quién será elegido por “quien manda en Veracruz” ya debe de estar en el escritorio, no está por demás recordar que hasta ahora al Instituto Veracruzano de la Cultura no le han dado la oportunidad de que sea dirigido por alguien surgido de las propias filas del sector de las artes.