En Álamo feligreses se preparan para celebrar “la fiesta más grande la Iglesia Católica”

Tras un viernes doloroso con la Pasión y Muerte de Jesús y en el transcurrir del sábado de gloria, la comunidad cristiana se prepara para el Domingo de Resurrección, que es la fiesta más grande para los católicos, señaló el padre Efrén Gaspar Santiago.

“La puerta del sepulcro se abre y surge Cristo crucificado venciendo la muerte. Surge nuestro Señor como Sol de un nuevo día. Después de morir con Cristo, nosotros esperamos también resucitar con Él, porque una nueva creación ahora se ofrece a todo hombre que viene a este mundo.

“Cristo es así la respuesta a todas nuestras interrogantes y para ello hay que conocerlo, amarlo, seguirlo y servirlo sólo a Él. Esa es la consecuencia de celebrar su resurrección de la muerte, pero, aunque Él nos llama, la respuesta es personal y libre”, agregó el titular de la parroquia San Judas Tadeo ubicada en Estero del Ídolo.



El presbítero recordó que el triduo pascual de la Semana Santa inició con la misa vespertina del jueves, con lo que desde ese momento comenzó el tiempo de contemplar a Cristo, “que se ofrece por amor a nosotros y se le acompaña en su agonía y muerte”.

Explicó que, en razón de esto, se cubren las imágenes en las parroquias con mantos morados y pudiera ser que también en los hogares, sobre todo donde hay enfermos que profesan la fe católica. “Así la única imagen que resalta es el de la cruz y el Señor que desde ahí nos da la salvación”, apuntó.

El padre Efrén añadió que la fiesta gozosa, donde vuelve a celebrarse la santa misa, es hasta la Vigilia pascual, en la cual los fieles llevan el cirio pascual y agua para bendecir.



En la parroquia San Judas Tadeo la celebración será este sábado a las 19:30 horas, partiendo desde la capilla de Nuevo Jardín. “Después de esta misa empieza el tiempo pascual y dura 50 días. Concluye con la fiesta de Pentecostés, llegada del Espíritu Santo”, precisó.

“Cristo nos llama a ser sus discípulos-misioneros. Nos llama a no buscar el tener, el poder o el placer, sino a comprometerse por un mundo más fraterno, más justo, más de paz y amor donde la mayor gloria sea para Dios”, concluyó.