Empujado por sus sueños y para mostrar que a cualquier edad se puede emprender una aventura, el trabajador jubilado Jorge Amalfi Mendoza, de 64 años y radicado en el puerto de Veracruz, decidió hacer una ruta de casi mil 200 kilómetros pedaleando.
Con la bandera de México en la parte trasera de su bicicleta, casco de protección, agua, cámaras de refacción y apenas el equipaje básico, señala en entrevista que no le pesan ni los años.
Amante del ciclismo, Amalfi explica que había salido en grupos hacia lugares no tan distantes, pero esta vez decidió hacer un circuito de gran distancia y en solitario.
Sus hijos lo apoyaron, pero su esposa le dijo que era una locura. “Yo le dije que prefiero seguir loqueando y conocer lugares y amigos. He tenido muchísimas experiencias, he conocido mercados, pueblitos, ciudades, gente, paisajes hermosos y hoy puedo confirmar que como México no hay dos”, compartió.
Abundó que inició esta travesía el 8 de septiembre desde la alcaldía Azcapotzalco hacia el Estado de México, Querétaro, Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí, Tamaulipas y ahora Veracruz, a donde ingresó por la región de Ozuluama y Tampico Alto para avanzar por Naranjos, Álamo y Tihuatlán.
La ruta incluye Poza Rica, Gutiérrez Zamora, Nautla, Palma Sola, Cardel y Veracruz puerto. Bajo lluvia, fuerte sol y días nublados, hasta ahora ha recorrido más de 900 kilómetros, pero el circuito total será por más de mil 200, añadió.
Asimismo, indicó que, aunque viaja solamente durante el día, para cubrir de 50 a 100 kilómetros cada día, dependiendo del clima, condiciones del camino y la orografía, se expone a los accidentes, pero atajó que en las carreteras hay quizá menos riesgos para los ciclistas que en las ciudades.
Destacó, además, que en el país existe la libertad de ir a donde uno lo desee, aunque se hable de regiones peligrosas por la delincuencia. “Si hay gente mala, no lo sé. A todos los saludo y todos me han tratado bien”, subrayó tras mencionar que duerme en albergues, en alojamiento que les brindan algunas personas o instituciones como el DIF o autoridades municipales.
Nacido el 23 abril de 1958, no hace falta que el contumaz ciclista recalque que tiene espíritu aventurero, pues mencionó que, concluido este primer trayecto, descansará el resto del año y en 2023 partirá al sur del país, con miras a llegar a Centroamérica.
Y aunque en cada lugar ha conocido mucha gente y le gusta meditar durante la travesía, confiesa que sintió una especial soledad al cruzar por la sierra de Tamaulipas, pero los mensajes de amigos y familiares lo alentaron.
“He conocido a varios ciclo-viajeros y ellos me inspiraron. A quien lea o sepa de esto, les quiero decir que no se pongan barreras, que busquen sus sueños, que lo intenten y disfruten de la vida porque no se vuelve a repetir.
“Salgan, caminando, viajando en lo que quieran, pero no quedarse siempre en un solo lugar, porque cuando caemos en cama nos arrepentimos de haber dejado algo pendiente, Los sueños se deben realizar. Y este es el mío”, concluyó, tomó de nuevo el biciclo (del que nunca se bajó) y prosiguió.