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Sección: Estado de Veracruz

En Coatepec, campanas de la iglesia de San Sebastián tocarán sin parar por Día de Muertos

- El repique comenzará al mediodía del primero de noviembre y se extenderá hasta las 15:00 horas del 2 de noviembre

- “El repique es una labor comunitaria y continua”, explica encargado del campanario, Everardo Vázquez

Suhaily Barrón Coatepec, Ver. 31/10/2025

alcalorpolitico.com


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En la comunidad de La Orduña, municipio de Coatepec, el sonido de las campanas vuelve a llenar el aire como cada año, marcando el inicio de una de las tradiciones más arraigadas en torno al Día de Muertos. El repique del campanario de la iglesia de San Sebastián Mártir no solo anuncia la llegada de Todos Santos, sino que, según la creencia popular, funge como un llamado ancestral a las almas que regresan a casa.

El encargado actual del campanario, Everardo Vázquez Rodríguez, asegura que mantener viva esta práctica es una promesa heredada de sus abuelos. “Nosotros sabemos que es una tradición… se me hace que por eso es que se repican las campanas, para el recibimiento de que los difuntitos según salen para los altares que los estamos esperando en las casas”, explica.

El repique ininterrumpido de las campanas comenzará al mediodía del primero de noviembre y se extenderá hasta las 15:00 horas del 2 de noviembre, momento en que, de acuerdo con la tradición, los difuntos emprenden su regreso al más allá. Pero la costumbre no se limita solo al sonido. A las 19:00 horas, los campaneros realizan un recorrido por el pueblo portando una pequeña campana, que anuncia el instante de colocar las ofrendas. En ese momento, los vecinos salen a su encuentro con tamales y pan, los cuales son recolectados en la iglesia para compartirlos con los visitantes que llegan desde Coatepec, Xalapa, Campo Viejo y Chavarrillo a presenciar esta manifestación cultural.



“El repique es una labor comunitaria y continua: ‘aquí viene a tocar campana el que guste, va llegando y va cambiándonos (…), pero sin dejar de tocar’”, comenta don Everardo, destacando el esfuerzo colectivo que mantiene viva esta tradición.

Para los habitantes de La Orduña, el sonido del campanario es el corazón de Todos Santos. “Cuando dejan de repicar campanas o que no se repican, como que se siente un poco triste, se siente solo el tiempo”, confiesa Vázquez Rodríguez.

Finalmente, Everardo extiende una invitación abierta a todos: “pueden venir a acompañarnos, son bien recibidos”, para que más personas sean testigos de esta profunda conexión entre el pasado, la fe y la memoria que resuena con cada campanada.