Con motivo del Día Internacional de la Mujer Indígena, integrantes de la Organización Mexicana Legítima de Pueblos Originarios emitieron un posicionamiento para exigir el reconocimiento pleno de sus derechos.
En esta comunidad de raíces nahuas la palabra se convirtió en herramienta de resistencia y dignidad y el discurso en un llamado urgente a la justicia. En conferencia de prensa señalaron que la mujer indígena ha sido triplemente marginada: por su género, por su origen étnico y por su condición económica. Sin embargo, apuntaron que lejos de rendirse han mantenido vivas sus lenguas, sus tradiciones y sus luchas.
Las participantes insistieron en que el Estado Mexicano aún tiene una deuda histórica con ellas, y la sociedad continúa reproduciendo estereotipos que las invisibilizan. Recordaron que su participación en los momentos clave de la historia del país como la Independencia y la Revolución, ha sido sistemáticamente omitida. “Se nos reconoce cuando somos útiles en la lucha pero se nos borra cuando pedimos paz, justicia y participación”, expresaron.
Esta omisión, dijeron, se convierte en una forma de violencia estructural que debe erradicarse. Las demandas son claras: espacios de decisión, respeto a sus territorios, acceso a la justicia y la difusión en lenguas originarias de sus derechos. También insistieron en la necesidad de apoyar la economía local y el trabajo artesanal, que muchas veces es su única fuente de ingresos.
Todo esto, dijeron, no puede seguir siendo parte de una agenda secundaria. Aunque la organización es presidida por Juan Carlos Tzanahua López en esta ocasión fueron las mujeres quienes tomaron la palabra, marcando con claridad que la lucha por la equidad y el respeto ya no puede esperar.